11/05/2017, 22:42
(Última modificación: 11/05/2017, 22:43 por Inuzuka Nabi.)
Las dudas se despejaron cuando Ayame me superó corriendo hacia el bosque sin dudar, fuera lo que fuera que sucediera tenía que verlo con mis propios ojos para comprobar la magnitud del asunto. La velocidad de la kunoichi me dejó impresionado, si hubiera seguido corriendo lo más probable es que la hubiera perdido, por suerte, estaba tan perdida como yo.
Además, tuvo que abrirse paso entre la vegetación, yo solo tuve que andar el camino ya despejado. Hasta que ya no hubo vegetación que despejar. Se detuvo delante de un pequeño rio que despejaba un poco los arboles llamando a su hermano a voces.
— ¿¡Pero estás loca!? Baja la voz. ¿Es que no tienes sentido de la supervivencia? Acabas de oir el rugido de un dinosaurio y te pones a gritar.
Le sugerí amablemente desde su espalda, atento a cualquier movimiento que pudiera percibir del otro lado de la corriente o de los alrededores en general. En la guarida del lobo cualquier movimiento o sonido puede ser el último. Tambien me mantuve a una distancia prudencial de Ayame, su velocidad era algo a tener en cuenta.
Además, tuvo que abrirse paso entre la vegetación, yo solo tuve que andar el camino ya despejado. Hasta que ya no hubo vegetación que despejar. Se detuvo delante de un pequeño rio que despejaba un poco los arboles llamando a su hermano a voces.
— ¿¡Pero estás loca!? Baja la voz. ¿Es que no tienes sentido de la supervivencia? Acabas de oir el rugido de un dinosaurio y te pones a gritar.
Le sugerí amablemente desde su espalda, atento a cualquier movimiento que pudiera percibir del otro lado de la corriente o de los alrededores en general. En la guarida del lobo cualquier movimiento o sonido puede ser el último. Tambien me mantuve a una distancia prudencial de Ayame, su velocidad era algo a tener en cuenta.
—Nabi—