25/06/2015, 16:28
*¡Ahí estás!*
Nada más cruzar aquella nube de humo grisáceo busqué la posición de Kota y una vez lo localicé supe que le había sorprendido ligeramente, pues no trató de contraatacar cuando tuve la oportunidad, algo que por otra parte me había sorprendido. Pero no era momento de dudar ni de buscarle tres pies al gato. Era la hora de las ostias. Algo me decía que aquello iba a terminar pronto.
-¡Jah! Deja de preocuparte por mí, estoy perfectamente-
Como si se tratase de un ataque automatizado, el brazo derecho que sostenía el kunai hizo un rápido y ágil movimiento hacia el frente y el arma salió disparada hacia el peliblanco. Mi estrategia había dado comienzo. Esta vez debía ser yo el que se saliese con la suya y no estaba dispuesto a tener que tragarme el orgullo una vez más, así que tras el kunai fui yo el que salió corriendo para atacar su flanco izquierdo. si no me fallaba la memoria, su flanco débil era aquel así que iba a buscar una posición de ataque ventajosa.
-¡Venga, terminemos con esto! ¿Hasta cuando serás capaz de mantenerte en pie, Kotita?-
El examinador, por su parte, expectante ya había descendido de aquella roca y se había metido uno de aquellos palillos de madera en la boca, masticándolo y triturándolo. Uchiha Seiyo también se había erguido, dejando aquella butaca presidencial vacía, pero seguía en aquel palco improvisado. Incluso aquel hombre, frío como el acero más letal, estaba deseoso de ver como culminaba aquella pelea y sobre todo, ardía en deseos de ver a sus dos hijos con la bandana del remolino en su cuerpo.
Nada más cruzar aquella nube de humo grisáceo busqué la posición de Kota y una vez lo localicé supe que le había sorprendido ligeramente, pues no trató de contraatacar cuando tuve la oportunidad, algo que por otra parte me había sorprendido. Pero no era momento de dudar ni de buscarle tres pies al gato. Era la hora de las ostias. Algo me decía que aquello iba a terminar pronto.
-¡Jah! Deja de preocuparte por mí, estoy perfectamente-
Como si se tratase de un ataque automatizado, el brazo derecho que sostenía el kunai hizo un rápido y ágil movimiento hacia el frente y el arma salió disparada hacia el peliblanco. Mi estrategia había dado comienzo. Esta vez debía ser yo el que se saliese con la suya y no estaba dispuesto a tener que tragarme el orgullo una vez más, así que tras el kunai fui yo el que salió corriendo para atacar su flanco izquierdo. si no me fallaba la memoria, su flanco débil era aquel así que iba a buscar una posición de ataque ventajosa.
-¡Venga, terminemos con esto! ¿Hasta cuando serás capaz de mantenerte en pie, Kotita?-
El examinador, por su parte, expectante ya había descendido de aquella roca y se había metido uno de aquellos palillos de madera en la boca, masticándolo y triturándolo. Uchiha Seiyo también se había erguido, dejando aquella butaca presidencial vacía, pero seguía en aquel palco improvisado. Incluso aquel hombre, frío como el acero más letal, estaba deseoso de ver como culminaba aquella pelea y sobre todo, ardía en deseos de ver a sus dos hijos con la bandana del remolino en su cuerpo.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa