25/06/2015, 20:14
(Última modificación: 25/06/2015, 20:14 por Amedama Daruu.)
Como esperaba, a Ayame le chocaba que Daruu le estuviese pidiendo una prueba de confianza tan grande como aquella. Quién, al fin y al cabo, pondría la mano en el fuego por un extraño al que acaba de conocer. Literalmente.
Dio un respingo después de que Ayame lo diera también.
—¡Ay, qué susto, tonta! —rió—. Venga. No quema, lo prometo.
Pronto sintió el suave roce de la piel de Ayame sobre su mano, y sin saber por qué, se sonrojó. Fingió que lo hacía por sentirse halagado y retiró la mano, apagando el Kaenka.
—¡G... gracias! —musitó.
—L... le... le ha dado la mano... le está pidiendo... ¿le está pidiendo salir? ¡Sí! —susurró Kiroe para sí misma, y roja como un tomate, cotilla como ella sola, se creyó satisfecha y se metió en la cocina. Estaba empezando a oler a quemado.
—Oye, ¿no hueles a quemado? —le preguntó Daruu a Ayame, y por un momento pensó que podría haber quemado la mesa sin querer, pero no era así—. Qué raro, a mi madre no suelen quemársele los pasteles...
Se giró y echó un rápido vistazo a la puerta de la cocina. Nada raro.
...
...
...
FUASHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
El horno acababa de ejecutar un bonito Katon: Goukakyou no Jutsu.
Daruu gritaba.
Los clientes gritaban.
Si Kori hubiese estado allí, hubiese gritado. Bueno, no. No lo hubiera hecho.
Dio un respingo después de que Ayame lo diera también.
—¡Ay, qué susto, tonta! —rió—. Venga. No quema, lo prometo.
Pronto sintió el suave roce de la piel de Ayame sobre su mano, y sin saber por qué, se sonrojó. Fingió que lo hacía por sentirse halagado y retiró la mano, apagando el Kaenka.
—¡G... gracias! —musitó.
···
—L... le... le ha dado la mano... le está pidiendo... ¿le está pidiendo salir? ¡Sí! —susurró Kiroe para sí misma, y roja como un tomate, cotilla como ella sola, se creyó satisfecha y se metió en la cocina. Estaba empezando a oler a quemado.
···
—Oye, ¿no hueles a quemado? —le preguntó Daruu a Ayame, y por un momento pensó que podría haber quemado la mesa sin querer, pero no era así—. Qué raro, a mi madre no suelen quemársele los pasteles...
Se giró y echó un rápido vistazo a la puerta de la cocina. Nada raro.
...
...
...
FUASHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
El horno acababa de ejecutar un bonito Katon: Goukakyou no Jutsu.
Daruu gritaba.
Los clientes gritaban.
Si Kori hubiese estado allí, hubiese gritado. Bueno, no. No lo hubiera hecho.