16/05/2017, 16:56
Kotomi, sin duda alguna, era una mujer entusiasmada por su trabajo, pues no le costó nada ponerse a explicarle a los dos jóvenes en qué consistía aquel nuevo método de selección de shinobis para misiones, y por qué había surgido y, en cierta medida, tenía razón, siempre hay personas más eficaces en según qué tipo de tareas, por lo que asignarles misiones de este tipo, siempre es un acierto.
Entonces la mujer se levantó, asegurando que era su hora del café, los acompañó hasta la puerta y se despidió.
—Buena suerte ,chicos…, la necesitaran.
Riko hizo una leve reverencia al cruzar la puerta.
— Que tenga un buen día, Kotomi-sama, regresaremos con la misión cumplida, no se preocupe. — Aseguró el joven, y en cuanto la mujer cerrara la puerta, comenzaría a caminar, en dirección a su destino. — ¿De verdad tenemos rasgos de carácter exótico, Kotetsu? — Preguntó el joven, divertido.
Entonces la mujer se levantó, asegurando que era su hora del café, los acompañó hasta la puerta y se despidió.
—Buena suerte ,chicos…, la necesitaran.
Riko hizo una leve reverencia al cruzar la puerta.
— Que tenga un buen día, Kotomi-sama, regresaremos con la misión cumplida, no se preocupe. — Aseguró el joven, y en cuanto la mujer cerrara la puerta, comenzaría a caminar, en dirección a su destino. — ¿De verdad tenemos rasgos de carácter exótico, Kotetsu? — Preguntó el joven, divertido.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»