18/05/2017, 17:31
El Uchiha correteó de un lado para otro —de forma bastante cómica— mientras trataba de seguir las indicaciones de su compañero Datsue. Primero que saliera, luego que entrara, luego que volviese a salir. El gennin daba amplias zancadas, veloz, sin saber exactamente por qué le estaba haciendo tanto caso a aquel muchacho con poca experiencia.
Siguiendo las instrucciones de Datsue, Akame examinó primero las "huellas" que había en la harina; si es que eso podían considerarse huellas, porque eran más bien trazos en la harina con poca forma y definitivamente sin la apariencia de un pie humano. Sea como fuere, seguidamente el Uchiha salió afuera, dio la vuelta a la esquina y se reunió con Datsue. Éste estaba en ese momento siguiendo un rastro... «Sí, definitivamente eso sí que son huellas. Aunque un tanto pequeñas».
—¿Has resuelto el caso? —inquirió el Uchiha, escéptico—. Explícate, Datsue-kun.
Justo en ese momento Noemi aparecía a la vuelta de la esquina. Akame le dedicó una mirada rápida y luego se volvió, de nuevo, hacia Datsue.
Siguiendo las instrucciones de Datsue, Akame examinó primero las "huellas" que había en la harina; si es que eso podían considerarse huellas, porque eran más bien trazos en la harina con poca forma y definitivamente sin la apariencia de un pie humano. Sea como fuere, seguidamente el Uchiha salió afuera, dio la vuelta a la esquina y se reunió con Datsue. Éste estaba en ese momento siguiendo un rastro... «Sí, definitivamente eso sí que son huellas. Aunque un tanto pequeñas».
—¿Has resuelto el caso? —inquirió el Uchiha, escéptico—. Explícate, Datsue-kun.
Justo en ese momento Noemi aparecía a la vuelta de la esquina. Akame le dedicó una mirada rápida y luego se volvió, de nuevo, hacia Datsue.