18/05/2017, 19:00
Riko miró a su compañero de misión, con los ojos muy abiertos y las mejillas algo sonrojadas, haciendo rápidos movimientos con las manos, a modo de disculpa.
— ¡Oh, perdón, perdón! No me había fijado, lo siento Kōtetsu-san.
El Hakagure explicaba lo que le parecía a él que sus rasgos fueran considerados exóticos y, en parte, tenía razón, lo que en un lugar era diferente, en otro era lo normal, por lo que todo dependía del lugar, pero, por fortuna, en aquella ocasión les había servido para que les asignaran una misión.
— Pues sí, esta vez nos ha venido como anillo al dedo, ¿eh? — rió mientras observaba como Kōtetsu alzaba la mano llamando a alguien.
A esta llamada respondió un carruaje tirado por caballos. Riko se quedó estupefacto, desde luego no se esperaba en absoluto que les fueran a llevar hasta el lugar en el que tenían que realizar la misión, y mucho meno en un transporte tan elegante. El Senju subió, justo tras ver como su compañero de misión le instaba a ello desde dentro del coche.
El moreno le indicó al cochero el lugar al que se dirigían.
—Dime, Riko-san, ¿no te emociona este asunto de la misión?
El peliblanco miró a Kōtetsu, con los ojos brillantes de emoción.
— Siendo sincero, me emociona más eso del coche de caballos, es la primera vez que monto en uno y... ¡¡MOLA MAZO!!
— ¡Oh, perdón, perdón! No me había fijado, lo siento Kōtetsu-san.
El Hakagure explicaba lo que le parecía a él que sus rasgos fueran considerados exóticos y, en parte, tenía razón, lo que en un lugar era diferente, en otro era lo normal, por lo que todo dependía del lugar, pero, por fortuna, en aquella ocasión les había servido para que les asignaran una misión.
— Pues sí, esta vez nos ha venido como anillo al dedo, ¿eh? — rió mientras observaba como Kōtetsu alzaba la mano llamando a alguien.
A esta llamada respondió un carruaje tirado por caballos. Riko se quedó estupefacto, desde luego no se esperaba en absoluto que les fueran a llevar hasta el lugar en el que tenían que realizar la misión, y mucho meno en un transporte tan elegante. El Senju subió, justo tras ver como su compañero de misión le instaba a ello desde dentro del coche.
El moreno le indicó al cochero el lugar al que se dirigían.
—Dime, Riko-san, ¿no te emociona este asunto de la misión?
El peliblanco miró a Kōtetsu, con los ojos brillantes de emoción.
— Siendo sincero, me emociona más eso del coche de caballos, es la primera vez que monto en uno y... ¡¡MOLA MAZO!!
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»