18/05/2017, 19:59
(Última modificación: 21/05/2017, 12:40 por Aotsuki Ayame.)
Pese a que estaba más que claro que la bestia no entendía el lenguaje humano, desde luego no estaba de humor para soportar a intrusos invadiendo su territorio. Ni siquiera parecía amedrentarle la presencia de Senju con su kodachi. Para ella, la reina del río y con más de 16 metros desde el hocico hasta el final de su cola y tres metros de altura de cruz, aquella espada no era más que un pequeño mondadientes.
El animal se abalanzó contra Senju con las fauces abiertas de par en par. Para su monstruoso tamaño, el chico enseguida se daría cuenta de que era mucho más rápido de lo que podría parecer en un principio. Desde luego, si no se apartaba a tiempo terminaría convertido en un tentempié... o con alguna extremidad menos como mínimo.
—¡Suiton: Mizurappa!
Un chorro de agua a presión impactó en el lomo del animal desde algún punto de la orilla. Allí, Ayame había recuperado su forma corpórea y jadeaba, ligeramente dolorida. Si no fuera por su habilidad para licuar su cuerpo a voluntad y evadir los daños más graves de las agresiones físicas, sin duda no habría vivido para seguir buscando a su hermano.
—¡Senju-san! ¡He visto un nido cerca de la orilla! ¡El cocodrilo debe estar protegiéndolo! Deberíamos...
Pero no fue capaz de terminar la frase. Como si de una simple mosca de la que deshacerse fuera, el reptil hizo restallar su cola como si de un látigo se tratara y Ayame tuvo que saltar para evitarla...
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40 PV por mordisco
30 PV por coletazo
20 PV por zarpazo
El animal se abalanzó contra Senju con las fauces abiertas de par en par. Para su monstruoso tamaño, el chico enseguida se daría cuenta de que era mucho más rápido de lo que podría parecer en un principio. Desde luego, si no se apartaba a tiempo terminaría convertido en un tentempié... o con alguna extremidad menos como mínimo.
—¡Suiton: Mizurappa!
Un chorro de agua a presión impactó en el lomo del animal desde algún punto de la orilla. Allí, Ayame había recuperado su forma corpórea y jadeaba, ligeramente dolorida. Si no fuera por su habilidad para licuar su cuerpo a voluntad y evadir los daños más graves de las agresiones físicas, sin duda no habría vivido para seguir buscando a su hermano.
—¡Senju-san! ¡He visto un nido cerca de la orilla! ¡El cocodrilo debe estar protegiéndolo! Deberíamos...
Pero no fue capaz de terminar la frase. Como si de una simple mosca de la que deshacerse fuera, el reptil hizo restallar su cola como si de un látigo se tratara y Ayame tuvo que saltar para evitarla...
Ayame
70/100
90/110
Mamá Cocodrila
210/230
40 PV por mordisco
30 PV por coletazo
20 PV por zarpazo