18/05/2017, 23:44
Toda aquella historia sonaba a fantasía desde que unos zombies helados habían hecho acto de presencia en ella pero, a pesar de ser bastante escéptico, Riko no podía obviar todo aquello, ¿y si fuera cierto? Tampoco iba a comprobarlo, por lo que prefirió seguir escuchando lo que el hombre les estaba contando.
Al parecer la guerra de la que tanto habían huido les había pillado allí, y contra enemigos mucho más formidables pues a pesar de que consiguieran vencer a unos cuantos, las pérdidas aliadas se transformaban en parte de las huestes enemigas, lo que complicaba todo. Pero la aparición de un formidable héroe trajo la paz a los hombres que allí se habían asentado, tal y como pasa en los cuentos de aventuras, por lo que, el peliblanco no creyó la historia, a pesar de que le había encantado.
— Gran historia, señor, gracias por compartirla con nosotros. — Agadeció una vez haabía terminado.
Desde dentro del carruaje se pudo notar como la ventisca por la que habían estado pasando, empezaba a amainar, lo cual era un gran alivio.
—¡El clima mejoro, pronto llegaremos a Hakushi!
Los ojos de Riko, que era la única parte visible del muchacho, se llenaron de un brillo fruto de la emoción.
— Espero que tengamos una buena fuente de calor allí donde nos quedemos tía, si no... — Suspiró el joven, mirando a su tía Akiko.
— Seguro que sí, ya verás
Al parecer la guerra de la que tanto habían huido les había pillado allí, y contra enemigos mucho más formidables pues a pesar de que consiguieran vencer a unos cuantos, las pérdidas aliadas se transformaban en parte de las huestes enemigas, lo que complicaba todo. Pero la aparición de un formidable héroe trajo la paz a los hombres que allí se habían asentado, tal y como pasa en los cuentos de aventuras, por lo que, el peliblanco no creyó la historia, a pesar de que le había encantado.
— Gran historia, señor, gracias por compartirla con nosotros. — Agadeció una vez haabía terminado.
Desde dentro del carruaje se pudo notar como la ventisca por la que habían estado pasando, empezaba a amainar, lo cual era un gran alivio.
—¡El clima mejoro, pronto llegaremos a Hakushi!
Los ojos de Riko, que era la única parte visible del muchacho, se llenaron de un brillo fruto de la emoción.
— Espero que tengamos una buena fuente de calor allí donde nos quedemos tía, si no... — Suspiró el joven, mirando a su tía Akiko.
— Seguro que sí, ya verás
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»