18/05/2017, 23:53
(Última modificación: 29/07/2017, 02:13 por Amedama Daruu.)
Ayame cogió el trozo de pizza como si fuese el último trozo de comida sobre la faz de la Tierra. Se había tomado muy a pecho lo de tener cuidado para no quemarse. Resultaba incluso fatigoso verla meter la mano debajo de la masa y levantarla casi temblando.
—¡Qué rica! —dijo, finalmente, cuando probó bocado—. Ni siquiera sabe el champiñón, ¡menos mal!
—Las mías no están tan buenas como la de Buitonin-sama-dono... Este hombre es una leyenda, ¿sabéis? Pero aún así intento mejorarlas día a día —explicó—. Soy ninja, pero me encanta la cocina. No me importaría dejarlo algún día y montar mi propia pizzería.
—Había pensado en aprovechar la cena para conocernos un poco mejor —intervino Kori, cogiendo una segunda porción de pizza.
Daruu cogió otra también y le dio un bocado, quedando expectante y dejándole las preguntas a su compañera.
—Los tres somos muy cercanos, pero al mismo tiempo sabemos muy poco de nosotros —explicó Kōri, como si le hubiese leído el pensamiento. Pegó un nuevo bocado, y aún se tomó varios segundos para masticar y tragar antes de continuar—. Cosas como qué os gusta, qué os disgusta, qué teméis, que sueños de futuro tenéis...
»¿Daruu-kun, empiezas?
—Me fufta la piffa. —Tragó—. Aunque eso ya es evidente. Ya he contado que la cocina, también. No me gusta el pescado. Odio el pescado. Y no tengo ningún sueño.
Hizo una pausa.
—Vale, vale, ya me explico un poco más. A ver... Cosas que no me gusten. Mmh, no sé, mira, soy consciente de que ser ninja no va a ser un trabajo limpio toda la vida —dijo—, pero hay a quien le gusta hacer daño a los demás, le gusta matar, todo eso. A mí no me gusta. Tiene que hacerse, pero no debería ser algo placentero. ¿Se entiende? Ese tipo de gente me da asco.
»Y de verdad, no tengo ningún sueño. Vivir una vida normal, ya sea como ninja o ganándome la vida haciendo pizza o en la pastelería de mi madre. ¿Es... malo, no tener nada a lo que aspirar?
—¡Qué rica! —dijo, finalmente, cuando probó bocado—. Ni siquiera sabe el champiñón, ¡menos mal!
—Las mías no están tan buenas como la de Buitonin-sama-dono... Este hombre es una leyenda, ¿sabéis? Pero aún así intento mejorarlas día a día —explicó—. Soy ninja, pero me encanta la cocina. No me importaría dejarlo algún día y montar mi propia pizzería.
—Había pensado en aprovechar la cena para conocernos un poco mejor —intervino Kori, cogiendo una segunda porción de pizza.
Daruu cogió otra también y le dio un bocado, quedando expectante y dejándole las preguntas a su compañera.
—Los tres somos muy cercanos, pero al mismo tiempo sabemos muy poco de nosotros —explicó Kōri, como si le hubiese leído el pensamiento. Pegó un nuevo bocado, y aún se tomó varios segundos para masticar y tragar antes de continuar—. Cosas como qué os gusta, qué os disgusta, qué teméis, que sueños de futuro tenéis...
»¿Daruu-kun, empiezas?
—Me fufta la piffa. —Tragó—. Aunque eso ya es evidente. Ya he contado que la cocina, también. No me gusta el pescado. Odio el pescado. Y no tengo ningún sueño.
Hizo una pausa.
—Vale, vale, ya me explico un poco más. A ver... Cosas que no me gusten. Mmh, no sé, mira, soy consciente de que ser ninja no va a ser un trabajo limpio toda la vida —dijo—, pero hay a quien le gusta hacer daño a los demás, le gusta matar, todo eso. A mí no me gusta. Tiene que hacerse, pero no debería ser algo placentero. ¿Se entiende? Ese tipo de gente me da asco.
»Y de verdad, no tengo ningún sueño. Vivir una vida normal, ya sea como ninja o ganándome la vida haciendo pizza o en la pastelería de mi madre. ¿Es... malo, no tener nada a lo que aspirar?