19/05/2017, 17:15
La chica dio un par de pasos mas adentrandose en la sala que posteriormente habían cruzado, sobrepasando relativamente el par de sillones reales. Riko, que la seguía de cerca, no parecía tan tranquilo como ella; sus ánimos en pos de relajarse no cundían, mucho menos al ver que las sillas había desaparecido. No tuvo tapujo alguno en imponer su querella, quejándose de que si no había sido cosa de fantasmas, ¿donde estaban las sillas?
La pelirroja no tenía una respuesta para tal pregunta, ni mucho menos. Pero, tampoco le importaba demasiado.
Se encogió de hombros, y dejó caer un suspiro tendido y relajado. —Yo qué se... estarán pastando por ahí fuera...
Si, quizás una contestación algo irónica y brusca, pero es que ya comenzaba a tenerla hasta el moño... y eso que no tenía moño. Sin prisa, pero sin pausa, la chica continuó andando, en ésta ocasión hacia la habitación contigua a la ya explorada. No tenía en mente hacer pausa alguna, era la reina del castillo, pero lejos de ser Riko quien la detuviese en sus labores, los antiguos reyes se volvieron a manifestar.
¡PLAF! ¡PLAAF! ¡PLAF!
Casi a la par que el sustento de las cadenas golpear el suelo, las sillas cayendo desde el techo hicieron mella en el silencio, rompiéndolo de golpe. La chica, ni corta ni perezosa, alzó los puños, encarando al coro de sillas que acababan de desplomarse desde algún lado. Al ver que no había ningún enemigo, no tardaría en alzar una ceja, y no mucho mas en bajar los puños y retomar la tranquilidad. Alzó la vista, buscando la procedencia, y claramente no podía ser desde el cielo, pues el techo estaba integro.
¿Fantasmas?
A cada segundo que pasaban allí, la sensación, el placer de descubrir lo prohibido, la seducía mas y mas. La gran verdad, es que para una curiosa de su nivel, ésto no era mas que un gran juguete envuelto en papel de regalo.
—Hey Riko... no te rayes, ya terminaron de pastar...
Una broma quizás bastante atrevida.
Sin mas, continuaría dirección a la siguiente habitación, en pos de seguir su tour turístico por la sede fantasmagórica.
La pelirroja no tenía una respuesta para tal pregunta, ni mucho menos. Pero, tampoco le importaba demasiado.
Se encogió de hombros, y dejó caer un suspiro tendido y relajado. —Yo qué se... estarán pastando por ahí fuera...
Si, quizás una contestación algo irónica y brusca, pero es que ya comenzaba a tenerla hasta el moño... y eso que no tenía moño. Sin prisa, pero sin pausa, la chica continuó andando, en ésta ocasión hacia la habitación contigua a la ya explorada. No tenía en mente hacer pausa alguna, era la reina del castillo, pero lejos de ser Riko quien la detuviese en sus labores, los antiguos reyes se volvieron a manifestar.
¡PLAF! ¡PLAAF! ¡PLAF!
Casi a la par que el sustento de las cadenas golpear el suelo, las sillas cayendo desde el techo hicieron mella en el silencio, rompiéndolo de golpe. La chica, ni corta ni perezosa, alzó los puños, encarando al coro de sillas que acababan de desplomarse desde algún lado. Al ver que no había ningún enemigo, no tardaría en alzar una ceja, y no mucho mas en bajar los puños y retomar la tranquilidad. Alzó la vista, buscando la procedencia, y claramente no podía ser desde el cielo, pues el techo estaba integro.
¿Fantasmas?
A cada segundo que pasaban allí, la sensación, el placer de descubrir lo prohibido, la seducía mas y mas. La gran verdad, es que para una curiosa de su nivel, ésto no era mas que un gran juguete envuelto en papel de regalo.
—Hey Riko... no te rayes, ya terminaron de pastar...
Una broma quizás bastante atrevida.
Sin mas, continuaría dirección a la siguiente habitación, en pos de seguir su tour turístico por la sede fantasmagórica.
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)