26/06/2015, 16:43
"Si me alejo mucho mi hermana me matara..."
El joven ninja se había desplazado junto con su hermana en su viaje, de vuelta a casa. En un principio, había estado contento de viajar y ver lugares nuevos, aunque debía admitir que, ahora, estaba bastante cansado, e incluso con ganas de volver. Quería hacer muchas cosas, y no podía hacerlas en medio de ninguna parte.
Sin importarle esto a su hermana, había tomado una pequeña desviación, para unos asuntos que tenía que atender. Estaba empezando a extrañarse bastante por ello. De igual manera, le había dado dos opciones, o se quedaba con ella, o iba a algún lugar cercano.
Decidió entonces, desplazarse al puente Kannabi, era un lugar cercano, que nunca había visitado. Tardó más de lo previsto, por su pesima orientación. Aun así no pudo quejarse, gracias al flujo de gente que pasaba por la zona, y que quería visitarlo, había logrado orientarse.
Paseó alegremente, hasta llegar al claro en el que comenzaba el puente. El ambiente no le sorprendió, esperaba algo así. Sin embargo, el puente no estaba realmente abarrotado, al menos no de momento. El pelinegro no se lo pensó, comenzó a caminar. directo hacia el puente.
No pudo evitar ver el atardecer. Suspiro por ello. No estaba seguro de donde estaba su hermana, ella misma le dijo que iría a buscarle cuando terminara. No quería ni pensar lo que pasaría si no estaba por ahí en ese momento...
Antes de que pudiese hacer mucho más, la persona que tenía delante se paró de golpe. Juro, que tampoco iba muy atentó, se dió de bruces contra su espalda. Retrocedió, temblorosamente, aun sorprendido.
— Lo...Lo siento — su voz era casi como un susurro, y estaba hecho un manojo de nervios, sin saber como se lo tomaría....
Mirandole bien, su cabellera tenía una tonalidad rubia, y parecía bastante mayor, al menos, más alto que él. Tenía unos guantes bastante extraños, eran blancos y parecían continuar por su brazo, de una forma bastante peculiar.
El joven ninja se había desplazado junto con su hermana en su viaje, de vuelta a casa. En un principio, había estado contento de viajar y ver lugares nuevos, aunque debía admitir que, ahora, estaba bastante cansado, e incluso con ganas de volver. Quería hacer muchas cosas, y no podía hacerlas en medio de ninguna parte.
Sin importarle esto a su hermana, había tomado una pequeña desviación, para unos asuntos que tenía que atender. Estaba empezando a extrañarse bastante por ello. De igual manera, le había dado dos opciones, o se quedaba con ella, o iba a algún lugar cercano.
Decidió entonces, desplazarse al puente Kannabi, era un lugar cercano, que nunca había visitado. Tardó más de lo previsto, por su pesima orientación. Aun así no pudo quejarse, gracias al flujo de gente que pasaba por la zona, y que quería visitarlo, había logrado orientarse.
Paseó alegremente, hasta llegar al claro en el que comenzaba el puente. El ambiente no le sorprendió, esperaba algo así. Sin embargo, el puente no estaba realmente abarrotado, al menos no de momento. El pelinegro no se lo pensó, comenzó a caminar. directo hacia el puente.
No pudo evitar ver el atardecer. Suspiro por ello. No estaba seguro de donde estaba su hermana, ella misma le dijo que iría a buscarle cuando terminara. No quería ni pensar lo que pasaría si no estaba por ahí en ese momento...
Antes de que pudiese hacer mucho más, la persona que tenía delante se paró de golpe. Juro, que tampoco iba muy atentó, se dió de bruces contra su espalda. Retrocedió, temblorosamente, aun sorprendido.
— Lo...Lo siento — su voz era casi como un susurro, y estaba hecho un manojo de nervios, sin saber como se lo tomaría....
Mirandole bien, su cabellera tenía una tonalidad rubia, y parecía bastante mayor, al menos, más alto que él. Tenía unos guantes bastante extraños, eran blancos y parecían continuar por su brazo, de una forma bastante peculiar.