26/06/2015, 17:33
Aquel escualido muchacho de rojizos cabellos no hacia más que sorprender al joven gennin, no sabia lo que eran los unicornios. Y no solo se conformo con dejar clara su ignorancia respecto al tema sino que los llamó caballos malformados y con mutaciones cancerigenas. Desde luego era un loco con coraje. Así pues, como era de esperar, eso rompió el torrido descanso que habian tenido aquellos unicornios desde que murieron sepultados. Pero eso no era todo, pues como añadido, eran unicornios esqueletos lanzallamas. Todo en uno.
El fuego lanzado por el caballo cornudo jefe fue tan real como la vida misma, pues le procedió el calor tipico de cuando te lanzan un katon. Pero para variar, la cabezoneria de Yoshi le impedia aceptar la realidad. Pues volvió a instar que todo era un genjutsu. Nabi, quien habia sido calificado por varias decenas de personas como una persona irracional e incluso psicopata, no podia soportar la irracionalidad del Kusagakuriano. Tienes hechos en tu cara, pero prefieres negarlo todo hasta el final. Resumiendo, te han tirado un katon, pero sigues convencido de que todo es mentira. Parecia una persona que seria capaz de lanzarse a ese fuego pensando que es una ilusión.
Sin embargo, no seria Nabi quien alzara la voz para contestarle. Yoshi seguia emperrado en irse. Despues de haber dejado claro lo macho que era y que él iba a seguir hasta el final, ahora se rajaba con tal facilidad.
"No te preocupes, yo soy Yoshimitsu el sangre fria, el sin sangre, nada me afecta" Sí, se te ve muy SANGRE FRIA.
Imitó mentalmente el Nabi al pelirrojo. Giró un momento la mirada hacia las escaleras a las que Yoshi pretendia ir para abandonar el lugar y, como adivinando su cobardia, la escalera se prendió fuego. Sin ningún tipo de aviso, cada escalon parecia ser una propia hoguera particular. Todo estaba siendo jodidamente irreal, hace un momento él mismo habia caido por esa escalera con una antorcha en la mano y no se habia encendido nada, así que no podia haber ninguna sustancia que se pudiera prender.
Creo que deberias disculparte con los unicornios. Porque esto no tiene buena pinta. Todo por haberles ofendido, si es que hay que tener más respeto a las criaturas magicas.
La cosa estaba interesante de cojones. Se acercó a las escaleras para comprobar si el fuego era real y de paso alejarse de los furiosos unicornios, que a paso lento se acercaban a la pareja de shinobis. Las huesudas patas de los caballos cornudos dejaban huellas en el suelo a medida que avanzaban, dejando claro que eran reales, y el fuego quemaba, así que aqui nada era un genjutsu. Yoshi le saltó diciendo que no hiciera lo que estaba pensando.
Tenia que comprobar si el fuego era real. Y ahora en serio, disculpate o matalos, aunque son esqueletos así que yo de ti iria a por lo primero. Y NO EXPLOTES NADA, que se nos cae esto encima y acabamos como ellos.
Sus capacidades ofensivas habian quedado mermadas por estar bajo tierra, las de Nabi no tanto, pero aún así, usar su futon estaba descartado, no queria acabar abrasado, y su doton podria comprometer la estructura de aquel sitio. Pero tenia un bastón, así que lo sacó y lo empuñó, preparado para lo que fuera a pasar.
El fuego lanzado por el caballo cornudo jefe fue tan real como la vida misma, pues le procedió el calor tipico de cuando te lanzan un katon. Pero para variar, la cabezoneria de Yoshi le impedia aceptar la realidad. Pues volvió a instar que todo era un genjutsu. Nabi, quien habia sido calificado por varias decenas de personas como una persona irracional e incluso psicopata, no podia soportar la irracionalidad del Kusagakuriano. Tienes hechos en tu cara, pero prefieres negarlo todo hasta el final. Resumiendo, te han tirado un katon, pero sigues convencido de que todo es mentira. Parecia una persona que seria capaz de lanzarse a ese fuego pensando que es una ilusión.
Sin embargo, no seria Nabi quien alzara la voz para contestarle. Yoshi seguia emperrado en irse. Despues de haber dejado claro lo macho que era y que él iba a seguir hasta el final, ahora se rajaba con tal facilidad.
"No te preocupes, yo soy Yoshimitsu el sangre fria, el sin sangre, nada me afecta" Sí, se te ve muy SANGRE FRIA.
Imitó mentalmente el Nabi al pelirrojo. Giró un momento la mirada hacia las escaleras a las que Yoshi pretendia ir para abandonar el lugar y, como adivinando su cobardia, la escalera se prendió fuego. Sin ningún tipo de aviso, cada escalon parecia ser una propia hoguera particular. Todo estaba siendo jodidamente irreal, hace un momento él mismo habia caido por esa escalera con una antorcha en la mano y no se habia encendido nada, así que no podia haber ninguna sustancia que se pudiera prender.
Creo que deberias disculparte con los unicornios. Porque esto no tiene buena pinta. Todo por haberles ofendido, si es que hay que tener más respeto a las criaturas magicas.
La cosa estaba interesante de cojones. Se acercó a las escaleras para comprobar si el fuego era real y de paso alejarse de los furiosos unicornios, que a paso lento se acercaban a la pareja de shinobis. Las huesudas patas de los caballos cornudos dejaban huellas en el suelo a medida que avanzaban, dejando claro que eran reales, y el fuego quemaba, así que aqui nada era un genjutsu. Yoshi le saltó diciendo que no hiciera lo que estaba pensando.
Tenia que comprobar si el fuego era real. Y ahora en serio, disculpate o matalos, aunque son esqueletos así que yo de ti iria a por lo primero. Y NO EXPLOTES NADA, que se nos cae esto encima y acabamos como ellos.
Sus capacidades ofensivas habian quedado mermadas por estar bajo tierra, las de Nabi no tanto, pero aún así, usar su futon estaba descartado, no queria acabar abrasado, y su doton podria comprometer la estructura de aquel sitio. Pero tenia un bastón, así que lo sacó y lo empuñó, preparado para lo que fuera a pasar.
—Nabi—