21/05/2017, 20:21
~Le ha pegado ~pensaba divertida mientras escuchaba las palabras de la contraria. Pero pronto a la menor se le dibujaría una mueca sombría, pues se le vino a la mente una situación de lo más desagradable y que podría darse perfectamente considerando que la de Ame podría tener una parda de armas selladas entre los tatuajes o mismo podría usar una de las botellas.
—Bueno pero no me muestres, lo último que quiero es que se monte una escena aquí —fue la respuesta que prefirió darle a la mayor.
Lo último que le interesaba era justamente de presenciar un suicidio y que para colmo se armase un lío terrible allí mismo. Después de todo, la única intención de Ritsuko era relajarse y si alguien se mataba allí no podría hacerlo, aunque claro, Aiko afirmaba que el alcohol no le afectaba casi nada, cosa que la menor no se terminaba de creer y por buenos motivos.
—Te creo, te creo. —Mintió—. ¿Le has contado de estas cosas a tu kage? Digo, creo que sería lo mejor en lugar de contarle a una extraña y eso —prosiguió mientras se hundía levemente hasta que el agua le llegó al mentón—. Se me hace que sería la mejor opción en lugar de decirle a una kunoichi de otra aldea.
Por mucho que lo dijera, Ritsuko no le creía, suponía que el alcohol ya le estaba afectando a Aiko y por eso había comenzado a hablar semejantes cosas que parecían salidas de un cuento de terror.
—Bueno pero no me muestres, lo último que quiero es que se monte una escena aquí —fue la respuesta que prefirió darle a la mayor.
Lo último que le interesaba era justamente de presenciar un suicidio y que para colmo se armase un lío terrible allí mismo. Después de todo, la única intención de Ritsuko era relajarse y si alguien se mataba allí no podría hacerlo, aunque claro, Aiko afirmaba que el alcohol no le afectaba casi nada, cosa que la menor no se terminaba de creer y por buenos motivos.
—Te creo, te creo. —Mintió—. ¿Le has contado de estas cosas a tu kage? Digo, creo que sería lo mejor en lugar de contarle a una extraña y eso —prosiguió mientras se hundía levemente hasta que el agua le llegó al mentón—. Se me hace que sería la mejor opción en lugar de decirle a una kunoichi de otra aldea.
Por mucho que lo dijera, Ritsuko no le creía, suponía que el alcohol ya le estaba afectando a Aiko y por eso había comenzado a hablar semejantes cosas que parecían salidas de un cuento de terror.