21/05/2017, 20:35
(Última modificación: 29/07/2017, 02:13 por Amedama Daruu.)
—En realidad, ya estás aspirando a algo, Daruu-kun. Estás aspirando a tener una vida normal, ya sea de una forma u otra. Sigue siendo un sueño, tan respetable como cualquier otro.
Daruu se sonrojó y bajó la mirada. Dejó su trozo de pizza en la mesa, levantó la mano y se miró la palma, con un atisbo de duda en los ojos. «Estoy aspirando a tener una vida normal...»
No era suficiente. A su alrededor, decenas de compañeros ilusionados con ser el mejor jounin de la aldea, ser el siguiente Arashikage, conseguir dinero para su familia...
Volvió a coger la pizza que había dejado en la mesa, y con un nudo en la garganta, le dio un bocado.
—¿Ayame?
«Veamos qué es lo que tiene que decir ella...»
—Yo... bueno... Me gusta bastante dibujar. No es algo a lo que me dedicaría de forma profesional, pero me gusta hacerlo como hobby en mis ratos libres. No me gusta... —Ayame se removió en su asiento, evitando el contacto visual tanto con Daruu como con Kōri. Inconscientemente, se reajustó la bandana sobre la frente—. No me gustan las personas que se aprovechan de la debilidad de otros... Los detesto —Añadió, con las mandíbulas apretadas. No dio más detalles al respecto, y no se dio cuenta de la penetrante mirada que le estaba dirigiendo Kōri en aquellos momentos hasta que no alzó la mirada para responder a las últimas preguntas, roja como un tomate—. Me da mucho miedo la oscuridad, desde pequeña. Y, sobre mis aspiraciones... —Se interrumpió, algo insegura. Pero respiró hondo y se obligó a terminar con aquello—. Quiero que mi padre me reconozca, que vea mi valía.
Daruu tragó saliva y observó sus ojos.
Esos ojos. De nuevo esos ojos.
«Ella también...»
Daruu dejó el trozo de pizza en la mesa, retiró la silla despacio, y se levantó lentamente. «Ella también tiene algo que perseguir.»
—No... no tengo más hambre. Disculpadme, pero creo que voy a irme a la cama —dijo—. Mañana va a ser un día muy largo...
Se alejó de la mesa y subió los escalones, al principio despacio, después más deprisa...
Daruu se sonrojó y bajó la mirada. Dejó su trozo de pizza en la mesa, levantó la mano y se miró la palma, con un atisbo de duda en los ojos. «Estoy aspirando a tener una vida normal...»
No era suficiente. A su alrededor, decenas de compañeros ilusionados con ser el mejor jounin de la aldea, ser el siguiente Arashikage, conseguir dinero para su familia...
Volvió a coger la pizza que había dejado en la mesa, y con un nudo en la garganta, le dio un bocado.
—¿Ayame?
«Veamos qué es lo que tiene que decir ella...»
—Yo... bueno... Me gusta bastante dibujar. No es algo a lo que me dedicaría de forma profesional, pero me gusta hacerlo como hobby en mis ratos libres. No me gusta... —Ayame se removió en su asiento, evitando el contacto visual tanto con Daruu como con Kōri. Inconscientemente, se reajustó la bandana sobre la frente—. No me gustan las personas que se aprovechan de la debilidad de otros... Los detesto —Añadió, con las mandíbulas apretadas. No dio más detalles al respecto, y no se dio cuenta de la penetrante mirada que le estaba dirigiendo Kōri en aquellos momentos hasta que no alzó la mirada para responder a las últimas preguntas, roja como un tomate—. Me da mucho miedo la oscuridad, desde pequeña. Y, sobre mis aspiraciones... —Se interrumpió, algo insegura. Pero respiró hondo y se obligó a terminar con aquello—. Quiero que mi padre me reconozca, que vea mi valía.
Daruu tragó saliva y observó sus ojos.
Esos ojos. De nuevo esos ojos.
«Ella también...»
Daruu dejó el trozo de pizza en la mesa, retiró la silla despacio, y se levantó lentamente. «Ella también tiene algo que perseguir.»
—No... no tengo más hambre. Disculpadme, pero creo que voy a irme a la cama —dijo—. Mañana va a ser un día muy largo...
Se alejó de la mesa y subió los escalones, al principio despacio, después más deprisa...