22/05/2017, 12:57
—Fue un camino un tanto movido, pero ya hemos llegado al pueblo
Las palabras del hombre fueron lo que, de una vez, hizo que Riko se sintiera completamente tranquilo, habían llegado al pueblo en el que se iban a hospedar durante su estancia allí, por lo que, lo primero que deberían hacer, era dirigirse al hotel para acomodarse en sus respectivas habitaciones y así poder dedicarse a hacer algo de turismo.
Los dos Senju se bajaron del trineo, observando con fascinación el pintoresco pueblo, que, sin duda alguna tenía un aspecto rústico que encantaba al joven peliblanco, al menos, todo el pueblo menos un edificio, más alto que el resto, que lejos de seguir con la estética del resto del pueblo, presentaba unos colores mucho más cálidos, por lo que el Senju se sentía atraído por él. Un grupo de hombres se acercó hasta allí, para cargar con todas sus pertenencias mientras el hombre que les había contado la historia del pueblo les guiaba hasta el hotel.
—Bienvenidos a Hakushi, viajeros. Yo soy Sarutobi Kazushiro y este es mi cálido pedacito de cielo en medio de las llanuras hielo, el nido de cristal.
Vaya, un Sarutobi, como los de la historia.
Ahora todos los viajeros se encontraban a los pies del gran edificio, y el Senju estaba realmente inquieto, empezaba a tener algo de frío y quería entrar, por lo que se adelantó, ya con la cara al descubierto, y se dirigió al hombre.
— Encantado de conocerle, Sarutobi-sama, ¿podemos entrar ya? Tengo algo de frío. — Preguntó el peliblanco, algo avergonzado.
Las palabras del hombre fueron lo que, de una vez, hizo que Riko se sintiera completamente tranquilo, habían llegado al pueblo en el que se iban a hospedar durante su estancia allí, por lo que, lo primero que deberían hacer, era dirigirse al hotel para acomodarse en sus respectivas habitaciones y así poder dedicarse a hacer algo de turismo.
Los dos Senju se bajaron del trineo, observando con fascinación el pintoresco pueblo, que, sin duda alguna tenía un aspecto rústico que encantaba al joven peliblanco, al menos, todo el pueblo menos un edificio, más alto que el resto, que lejos de seguir con la estética del resto del pueblo, presentaba unos colores mucho más cálidos, por lo que el Senju se sentía atraído por él. Un grupo de hombres se acercó hasta allí, para cargar con todas sus pertenencias mientras el hombre que les había contado la historia del pueblo les guiaba hasta el hotel.
—Bienvenidos a Hakushi, viajeros. Yo soy Sarutobi Kazushiro y este es mi cálido pedacito de cielo en medio de las llanuras hielo, el nido de cristal.
Vaya, un Sarutobi, como los de la historia.
Ahora todos los viajeros se encontraban a los pies del gran edificio, y el Senju estaba realmente inquieto, empezaba a tener algo de frío y quería entrar, por lo que se adelantó, ya con la cara al descubierto, y se dirigió al hombre.
— Encantado de conocerle, Sarutobi-sama, ¿podemos entrar ya? Tengo algo de frío. — Preguntó el peliblanco, algo avergonzado.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»