22/05/2017, 22:27
(Última modificación: 22/05/2017, 22:39 por Inuzuka Nabi.)
El plan inicial era alejarme paso a paso, lentamente, mientras la bestia se planteaba si lanzarse o no. Pero la vida pocas veces es tan ideal como nos pensamos. Y encima el cocodrilo me ignora mientras le cuento mi vida. Así que la distracción de la palabra era un recurso inútil.
Pero aún más problemas se amontonaban en mi espalda, porque aquel bicho de rio no se lo pensó dos veces al lanzarse contra mi ilustre y esbelta figura de shinobi. Solo me quedaba un recurso para evadir tal ataque, y mi cuerpo no dudó en usarlo cuando las fauces de ese animal licuador de Genins se lanzó hacia mi. La técnica definitiva inventada por los propios dioses en los albores del tiempo y el espacio, la voltereta lateral.
Un chorro de agua a presión impactó en el lomo de la criatura haciendo que esta centrara su atención en una figura conocida para mi.
— ¡Senju-san! ¡He visto un nido cerca de la orilla! ¡El cocodrilo debe estar protegiéndolo! Deberíamos...
— ¡Pero que cojo...!
Es todo lo que pude decir antes de que la cola del animal se dirigiera hacia ella, haciendola retroceder y de paso, distrayendo al bicho, y al cocodrilo tambien.
Aprovechando esos segundos que la amenia me había ofrecido tan gentilmente al atraer la cola del cocodrilo, realicé una rápida sucesión de tres sellos, soltando mi Kodachi en el proceso, tras lo cual la tierra se retorcería hasta alcanzar al animal que tendría que lidiar con el daño que el suelo bajo sus patas le provocaría.
Recogí mi Kodachi y me alejé unos metros, inseguro de a por quien iría aquel dinosaurio.
–
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Pero aún más problemas se amontonaban en mi espalda, porque aquel bicho de rio no se lo pensó dos veces al lanzarse contra mi ilustre y esbelta figura de shinobi. Solo me quedaba un recurso para evadir tal ataque, y mi cuerpo no dudó en usarlo cuando las fauces de ese animal licuador de Genins se lanzó hacia mi. La técnica definitiva inventada por los propios dioses en los albores del tiempo y el espacio, la voltereta lateral.
Un chorro de agua a presión impactó en el lomo de la criatura haciendo que esta centrara su atención en una figura conocida para mi.
— ¡Senju-san! ¡He visto un nido cerca de la orilla! ¡El cocodrilo debe estar protegiéndolo! Deberíamos...
— ¡Pero que cojo...!
Es todo lo que pude decir antes de que la cola del animal se dirigiera hacia ella, haciendola retroceder y de paso, distrayendo al bicho, y al cocodrilo tambien.
Aprovechando esos segundos que la amenia me había ofrecido tan gentilmente al atraer la cola del cocodrilo, realicé una rápida sucesión de tres sellos, soltando mi Kodachi en el proceso, tras lo cual la tierra se retorcería hasta alcanzar al animal que tendría que lidiar con el daño que el suelo bajo sus patas le provocaría.
Recogí mi Kodachi y me alejé unos metros, inseguro de a por quien iría aquel dinosaurio.
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—Nabi—