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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#4
Kunie no pudo evitar sonreírse cuando el chico se puso rojo como un tomate, avergonzado y tímido. Ella, como buena samaritana, le ayudó a levantarse y también a romper un poco el hielo que le estaba dejando paralizado como una estatua.

- Me llamo Asahina Kunie, encantada. ¿Y tú, cómo te llamas? Veo que eres de Uzushiogakure, ¿no? - añadió, fijándose en la bandana que llevaba el niño.

Ajenos al particular encuentro, el resto de los ciudadanos seguían atentos al espectáculo. Ya era casi de noche, y las farolas en torno a la plaza brillaban con fuerza, iluminándolo todo con un esplendor casi mágico. Los circenses habían montado un precario tablón de madera, que se alzaba apenas un metro y medio del suelo, al que se podía subir por una pequeña escalera hecha del mismo material. Sobre el improvisado escenario, unos tiriteros representaban algún tipo de comedia, a juzgar por las risas que arrancaban de vez en cuando entre el público. Podía deducirse también que el tema era controvertido, ya que después de un sonado chiste, entre las carcajadas pudieron escucharse también algunos insultos.


- ¡Es una función! - respondió Kunie, más por deducción que por otra cosa.- Y quiero verla. - remató con un tono forzadamente caprichoso.- Me da igual si tengo que colarme, en mi país nunca hay este tipo de espectáculos, y no pienso perdérmelo. ¿Vienes?

Decidida, empezó a abrirse camino entre el público a base de empujones, patadas en las espinillas correctas y una cara de angelito cuando fue necesario. Poco a poco, y sin saber si el shinobi venía tras ella, Kunie consiguió deslizarse como una lagartija hasta alcanzar las primeras filas del público.

Justo en ese momento la representación acababa de terminar, y los titiriteros dejaban paso a otros compañeros. Un hombre vestido con ropas extravagantes, de colores oscuros, y con un sombrero de copa, subió al escenario. Le acompañaba una mujer muy atractiva, vestida de forma que dejaba poco a la imaginación. Entre el público masculino empezaron a escucharse susurros, risas y hasta algún piropo.


- ¡Buenas gentes de Tanzaku Gai! Mi nombre es Liu Qian el mago, y hoy vengo a demostrarles cómo burlar a la mismísima muerte. - la gente había enmudecido.- Por favor, Ina.

Hizo un gesto a su ayudante y ésta subió al escenario una especie de ataúd con ruedas. Sobre él, una espada en su funda, perfectamente ornamentada y cuidada. Liu Qian alzó ambos brazos.

- ¡Necesito un voluntario! Un espíritu guerrero sin miedo a la muerte...
Diálogo - «Pensamiento» - Narración

Mangekyō utilizado por última vez: Flama, Verano de 220

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Mensajes en este tema
RE: Las Prohibiciones de un Shinobi - por Uchiha Akame - 27/06/2015, 15:04


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