27/06/2015, 18:09
Los clientes habían salido corriendo atropelladamente. Uno de ellos llegó a darle tal golpe a la puerta de entrada que Daruu creyó que la iba a romper. Arrugó el entrecejo, y observó con el mismo rostro a la puerta de la cocina. Si su madre seguía siendo su madre, el desastre quedaría arreglado en un abrir y cerrar de ojos. Y por supuesto, ella no sufriría ningún rasguño.
Ayame se había levantado y, acelerada, había saltado por encima de las mesas y la barra, preocupada por Kiroe. Daruu también se había levantado, pero se acercaba con parsimonia al lugar del incendio.
—Esa mujer fue ninja antes de ser pastelera —dijo Daruu, sonriendo—. Jounin de confianza de la aldea. No le pasará nada. Ella es...
Un enorme estallido de agua inundó la cocina y salió por la puerta, frenando justo al tiempo para no arrollar a Ayame, aunque empapándola aún más si cabía.
—¡¡Suiton: Ryuugarada!!
Dentro de la cocina, una Kiroe con una armadura acuática sonreía triunfante. La capa de agua seguía su cuerpo, pero formaba tras su espalda dos alas y una cola de dragón, y dos cuernos en la cabeza. Las manos y los pies acababan en garras. Al ver a Ayame, se sonrojó y desactivó la técnica de inmediato. Hizo una reverencia.
—¡Ay Dios, perdona por haberte empapado, es que me he venido arriba y...!
«Lo que hace el amor.»
Una versión acuática del Kaenka. Hasta ese punto había llegado Danbaku, al punto de compartir hasta sus técnicas.
Ayame se había levantado y, acelerada, había saltado por encima de las mesas y la barra, preocupada por Kiroe. Daruu también se había levantado, pero se acercaba con parsimonia al lugar del incendio.
—Esa mujer fue ninja antes de ser pastelera —dijo Daruu, sonriendo—. Jounin de confianza de la aldea. No le pasará nada. Ella es...
Un enorme estallido de agua inundó la cocina y salió por la puerta, frenando justo al tiempo para no arrollar a Ayame, aunque empapándola aún más si cabía.
—¡¡Suiton: Ryuugarada!!
Dentro de la cocina, una Kiroe con una armadura acuática sonreía triunfante. La capa de agua seguía su cuerpo, pero formaba tras su espalda dos alas y una cola de dragón, y dos cuernos en la cabeza. Las manos y los pies acababan en garras. Al ver a Ayame, se sonrojó y desactivó la técnica de inmediato. Hizo una reverencia.
—¡Ay Dios, perdona por haberte empapado, es que me he venido arriba y...!
«Lo que hace el amor.»
Una versión acuática del Kaenka. Hasta ese punto había llegado Danbaku, al punto de compartir hasta sus técnicas.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)