26/05/2017, 19:00
(Última modificación: 26/05/2017, 19:11 por Uzumaki Eri.)
Después de corresponder sin saber muy bien ni cómo ni por qué, solo guiándose por ese algo que incitaba a que no se separase de aquel chico. Sin embargo, todo lo que empieza termina en algún momento, por lo que Nabi, de una forma tan dulce que comenzaba a picarle los labios de aquel extraño dulzor; separó sus labios de los suyos lo suficiente para hablar de nuevo.
— Eri-hime, ¿quieres ser mi novia? A lo mejor esto debería haberlo dicho antes de besarte, lo siento.
Y Eri abrió los ojos para encontrarse con la sonrisa de su acompañante, y por fin reparó en él: sus cabellos, tan rubios y desordenados como siempre, habían crecido desde la graduación y ya demandaban un buen corte de pelo, sus ojos, de un color marrón acaramelado, estaban ahí, abiertos y expectantes a la respuesta de la joven kunoichi que se encontraba inspeccionando la cara del Senju.
Luego reparó en su sonrisa, era una sonrisa normal, curvada, feliz...
Y se dio cuenta de que Nabi no era lo que siempre había soñado, ella soñaba con alguien caballeroso, amable, gentil, guapo y fuerte, cualquier cliché de los que encontramos siempre en los cuentos para niños o en las series de televisión, quizá alguien como Senju Riko. Sin embargo... Ella no necesitaba a Senju Riko ni esos tópicos para sentirse como se sentía ahora: querida, reconocida por ser alguien y sobre todas las cosas... Feliz.
Ella se podía quedar con Senju Nabi, no era un caballero, ni un shinobi legendario, pero era Senju Nabi, y no parecía necesitar nada más.
— Esto... Yo... Uhm... Erh... Me... — Lo peor, sin duda, era explicar con palabras lo que acababa de descubrir, seguramente porque su corazón latía demasiado rápido o porque sentía que acababa de olvidarse como hablar... «¡Di algo!» — ¡Qu-Quiero dangos!
— Eri-hime, ¿quieres ser mi novia? A lo mejor esto debería haberlo dicho antes de besarte, lo siento.
Y Eri abrió los ojos para encontrarse con la sonrisa de su acompañante, y por fin reparó en él: sus cabellos, tan rubios y desordenados como siempre, habían crecido desde la graduación y ya demandaban un buen corte de pelo, sus ojos, de un color marrón acaramelado, estaban ahí, abiertos y expectantes a la respuesta de la joven kunoichi que se encontraba inspeccionando la cara del Senju.
Luego reparó en su sonrisa, era una sonrisa normal, curvada, feliz...
Y se dio cuenta de que Nabi no era lo que siempre había soñado, ella soñaba con alguien caballeroso, amable, gentil, guapo y fuerte, cualquier cliché de los que encontramos siempre en los cuentos para niños o en las series de televisión, quizá alguien como Senju Riko. Sin embargo... Ella no necesitaba a Senju Riko ni esos tópicos para sentirse como se sentía ahora: querida, reconocida por ser alguien y sobre todas las cosas... Feliz.
Ella se podía quedar con Senju Nabi, no era un caballero, ni un shinobi legendario, pero era Senju Nabi, y no parecía necesitar nada más.
— Esto... Yo... Uhm... Erh... Me... — Lo peor, sin duda, era explicar con palabras lo que acababa de descubrir, seguramente porque su corazón latía demasiado rápido o porque sentía que acababa de olvidarse como hablar... «¡Di algo!» — ¡Qu-Quiero dangos!
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)