26/05/2017, 19:18
(Última modificación: 26/05/2017, 19:18 por Uzumaki Eri.)
— Tenemos bastante en común, la verdad.
Ella sonrió ante la confesión del chico que no encontró al parecer su discurso como algo aburrido y monótono, luego volvió a su tarea de quitar los cultivos estropeados mientras comenzaban a jugar a un juego: el de las preguntas. Nunca había jugado, es más, se lo acababa de inventar, pero oye, ¡había colado!
— Vaya, pensaba que sería el azul, aunque debo decir que te pega el dorado. — Confesó mientras hacía un pequeño montón con los hierbajos ya quitados, dispuesta ahora a remover la tierra para comenzar a plantar las semillas.
Sin embargo, la siguiente pregunta que pensó que sería inocente era algo que no se esperaba. «¿Yo? ¿Novio?»
— V-vaya, pues n-no, no tengo... Es más, ¡ni si quiera he pensado en ello! Estaba muy ocupada entrenando y viajando... ¡Qué cosas!
Sin embargo, no pudo continuar pues rápidamente y sin que ambos lo esperasen, la tierra se abrió justo debajo de ellos.
Ella sonrió ante la confesión del chico que no encontró al parecer su discurso como algo aburrido y monótono, luego volvió a su tarea de quitar los cultivos estropeados mientras comenzaban a jugar a un juego: el de las preguntas. Nunca había jugado, es más, se lo acababa de inventar, pero oye, ¡había colado!
— Vaya, pensaba que sería el azul, aunque debo decir que te pega el dorado. — Confesó mientras hacía un pequeño montón con los hierbajos ya quitados, dispuesta ahora a remover la tierra para comenzar a plantar las semillas.
Sin embargo, la siguiente pregunta que pensó que sería inocente era algo que no se esperaba. «¿Yo? ¿Novio?»
— V-vaya, pues n-no, no tengo... Es más, ¡ni si quiera he pensado en ello! Estaba muy ocupada entrenando y viajando... ¡Qué cosas!
Sin embargo, no pudo continuar pues rápidamente y sin que ambos lo esperasen, la tierra se abrió justo debajo de ellos.