29/05/2017, 11:29
Ayame corría tan rápido como le permitían las piernas aunque, de vez en cuando, frenaba un poco para echar alguna mirada atrás. Enseguida se dio cuenta de que no solo había dejado atrás a los dos monstruosos cocodrilos, sino también a Senju. Se detuvo, resollando por el esfuerzo. ¿Qué debería hacer? ¿Debería volver a por él? El chico tampoco se había mostrado muy amistoso con ella la verdad...
¿Pero esa era excusa como para dejarle a manos de aquellos reptiles?
A lo lejos oyó de nuevo aquel espeluznante rugido que le ponía los pelos de punta...
El segundo cocodrilo que había aparecido en escena rugió, lleno de rabia, cuando se vio cegado por la artimaña del rubio. Se revolvió sobre sí mismo, dando auténticos bandazos con su cola en un desesperado intento de acertar a la molesta mosca que no dejaba de incordiarle.
Nabi no perdió el tiempo, se subió al árbol más cercano que encontró y, tal y como había hecho Ayame, puso pies en polvorosa para huir del lugar y regresar al Puente Kannabi. A salvo de aquel endemoniado bosque.
Pero no todo podía ser tan sencillo.
Cuando llegó al cuarto árbol, un violento temblor sacudió todo el tronco, lo partió y Nabi cayó con él. Abajo, el cocodrilo más pequeño aguardaba con las fauces abiertas de par en par hacia él. Estaba a punto de convertirse en el tentempié del reptil...
Un nuevo chorro de agua a presión acertó a la bestia en la base de la garganta, y el animal cerró el hocico y se revolvió sobre sí mismo entre renovados rugidos. Su cola, oscilante como un peligroso péndulo, acertó con varios árboles más que sufrieron el destino del primero y terminaron por sumarse al estruendo cuando se desplomaron con todo su peso. A sabiendas de que no iba a poder hacerse oír por encima de todo aquel ruido, Ayame agarró la manga de Nabi y echó a correr de nuevo.
—¡Tenemos que salir de aquí! —exclamó.
–
–
–
40 PV por mordisco
30 PV por coletazo
20 PV por zarpazo
¿Pero esa era excusa como para dejarle a manos de aquellos reptiles?
A lo lejos oyó de nuevo aquel espeluznante rugido que le ponía los pelos de punta...
...
El segundo cocodrilo que había aparecido en escena rugió, lleno de rabia, cuando se vio cegado por la artimaña del rubio. Se revolvió sobre sí mismo, dando auténticos bandazos con su cola en un desesperado intento de acertar a la molesta mosca que no dejaba de incordiarle.
Nabi no perdió el tiempo, se subió al árbol más cercano que encontró y, tal y como había hecho Ayame, puso pies en polvorosa para huir del lugar y regresar al Puente Kannabi. A salvo de aquel endemoniado bosque.
Pero no todo podía ser tan sencillo.
Cuando llegó al cuarto árbol, un violento temblor sacudió todo el tronco, lo partió y Nabi cayó con él. Abajo, el cocodrilo más pequeño aguardaba con las fauces abiertas de par en par hacia él. Estaba a punto de convertirse en el tentempié del reptil...
Un nuevo chorro de agua a presión acertó a la bestia en la base de la garganta, y el animal cerró el hocico y se revolvió sobre sí mismo entre renovados rugidos. Su cola, oscilante como un peligroso péndulo, acertó con varios árboles más que sufrieron el destino del primero y terminaron por sumarse al estruendo cuando se desplomaron con todo su peso. A sabiendas de que no iba a poder hacerse oír por encima de todo aquel ruido, Ayame agarró la manga de Nabi y echó a correr de nuevo.
—¡Tenemos que salir de aquí! —exclamó.
Ayame
70/100
66/110
Mamá Cocodrila
150/230
40 PV por mordisco
30 PV por coletazo
20 PV por zarpazo

![[Imagen: kQqd7V9.png]](https://i.imgur.com/kQqd7V9.png)