29/05/2017, 17:08
Ni un rastro de duda asomó en sus ojos. Ni un rastro de leve reflexión, de pensárselo siquiera. Ante la propuesta de Datsue, aquellos críos se abalanzaron sobre el perro como una madre haría con su hijo recién nacido para protegerle de un depredador, como si la vida de aquel canino fuese tan valiosa como las suyas propias.
Una imagen tierna, enternecedora, que rompería el corazón a cualquiera…
… salvo a Uchiha Akame. En aquel corazón solo parecía caber la alegría por el éxito de una misión y la aflicción por el fracaso. Aunque, como shinobis que eran, ¿no era eso lo correcto?
Datsue chasqueó la lengua, dando una patada a un guijarro suelto. Entonces, encabezó la marcha, conduciendo a los niños a la tienda de la señora Tofu. No, no pensaba escudarse en las dudas. Él siempre había sabido qué era lo correcto y qué no. En todas sus decisiones, en todos sus dilemas, jamás había tenido dudas al respecto. Tampoco las tenía ahora...
... otra cosa era que escogiese el otro camino.
Apenas pasó medio minuto cuando fuertes chillidos llegaron hasta los oídos de aquellos cuatro jóvenes. El Uchiha aceleró el paso, creyendo reconocer la voz, y poco después dos figuras emergieron de entre la oscuridad. Eran Sakamoto Noemi y la señora Tofu, que parecían haber tenido una fuerte discusión.
El Uchiha carraspeó, a modo de captar su atención.
—Señora Tofu —dijo, con voz mucho más apagada de lo habitual en él—. Hemos encontrado a los… A los… —algo en él se estaba rompiendo mientras decía aquellas palabras. Algo que creía ya roto hace mucho tiempo—, ladronzuelos.
Clavó la mirada en el suelo, y allí permaneció el resto del tiempo...
Una imagen tierna, enternecedora, que rompería el corazón a cualquiera…
… salvo a Uchiha Akame. En aquel corazón solo parecía caber la alegría por el éxito de una misión y la aflicción por el fracaso. Aunque, como shinobis que eran, ¿no era eso lo correcto?
Datsue chasqueó la lengua, dando una patada a un guijarro suelto. Entonces, encabezó la marcha, conduciendo a los niños a la tienda de la señora Tofu. No, no pensaba escudarse en las dudas. Él siempre había sabido qué era lo correcto y qué no. En todas sus decisiones, en todos sus dilemas, jamás había tenido dudas al respecto. Tampoco las tenía ahora...
... otra cosa era que escogiese el otro camino.
Apenas pasó medio minuto cuando fuertes chillidos llegaron hasta los oídos de aquellos cuatro jóvenes. El Uchiha aceleró el paso, creyendo reconocer la voz, y poco después dos figuras emergieron de entre la oscuridad. Eran Sakamoto Noemi y la señora Tofu, que parecían haber tenido una fuerte discusión.
El Uchiha carraspeó, a modo de captar su atención.
—Señora Tofu —dijo, con voz mucho más apagada de lo habitual en él—. Hemos encontrado a los… A los… —algo en él se estaba rompiendo mientras decía aquellas palabras. Algo que creía ya roto hace mucho tiempo—, ladronzuelos.
Clavó la mirada en el suelo, y allí permaneció el resto del tiempo...
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado