29/05/2017, 23:14
(Última modificación: 29/05/2017, 23:14 por Aotsuki Ayame.)
Ritsuko se había sentado con los dos hombres y, siguiendo el ejemplo de Gonken, se sirvió un trozo de carne y lo sopló antes de llevárselo a la boca.
—Pues… Puedo crear clones sencillos y también mover bloques de tierra —respondió la pelirroja ante la pregunta de Daiko, que ahogó una exclamación de asombro—. También puedo hacer algunas cosas de goma, aunque no son muy útiles. Creo que nada más.
Gonken se levantó y, sin decir una sola palabra, pasó junto a Ritsuko. Se dirigía hacia el montón de madera, seguramente para coger más ramas que echar al fuego.
—¡Increíble! ¡Sabía que los ninjas érais geniales! —seguía explamando Daiko, que parecía cada vez más y más emocionado. Sin embargo, enseguida reparó en que la chica no paraba de dirigir la mirada hacia el carro con cierta inquietud—. ¿Qué ocurre? ¿Te preocupa algo? —le preguntó, antes de darle otro trago a su cantimplora.
—Pues… Puedo crear clones sencillos y también mover bloques de tierra —respondió la pelirroja ante la pregunta de Daiko, que ahogó una exclamación de asombro—. También puedo hacer algunas cosas de goma, aunque no son muy útiles. Creo que nada más.
Gonken se levantó y, sin decir una sola palabra, pasó junto a Ritsuko. Se dirigía hacia el montón de madera, seguramente para coger más ramas que echar al fuego.
—¡Increíble! ¡Sabía que los ninjas érais geniales! —seguía explamando Daiko, que parecía cada vez más y más emocionado. Sin embargo, enseguida reparó en que la chica no paraba de dirigir la mirada hacia el carro con cierta inquietud—. ¿Qué ocurre? ¿Te preocupa algo? —le preguntó, antes de darle otro trago a su cantimplora.