29/05/2017, 23:19
(Última modificación: 29/07/2017, 02:17 por Amedama Daruu.)
Daruu apretó los puños y cerró los párpados con fuerza, haciéndose el sordo mientras Ayame descargaba todo lo que tenía sobre él. Sintió un calor en el pecho que le instó a contestar, pero el frío tono cortante de Kori-sensei hizo que se extinguiera un momento.
Le costó conciliar el sueño, y antes de que ninguno de los tres se despertase a la mañana siguiente, él ya estaba sentado a la puerta del iglú.
—Buenos días —dijo, sin ningún tipo de adorno y con un rostro que podría haber sido confundido perfectamente por el de Kori cuando los hermanos se levantaron de sus respectivos sacos—. Ya tengo todo recogido, así que cuando queráis, nos vamos.
Pasó al lado de Ayame y chocó ligeramente su hombro contra ella, malhumorado. Cogió su mochila y se la echó a las espaldas. Salió del iglú a remojarse bajo la lluvia y a esperar.
Le costó conciliar el sueño, y antes de que ninguno de los tres se despertase a la mañana siguiente, él ya estaba sentado a la puerta del iglú.
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—Buenos días —dijo, sin ningún tipo de adorno y con un rostro que podría haber sido confundido perfectamente por el de Kori cuando los hermanos se levantaron de sus respectivos sacos—. Ya tengo todo recogido, así que cuando queráis, nos vamos.
Pasó al lado de Ayame y chocó ligeramente su hombro contra ella, malhumorado. Cogió su mochila y se la echó a las espaldas. Salió del iglú a remojarse bajo la lluvia y a esperar.