27/06/2015, 23:50
El rubio se disponía a pararse, quería observar ese tremendo paisaje con lujo de detalles. Quería tomarse su tiempo, pues no sabía si en algún momento llegaría a volver, y menos en un ocaso. Cuando hizo por pararse, casi de inmediato, su cuerpo siguió hacia delante... no había sido inercia, ni un movimiento involuntario propio. Había sido empujado de manera tosca, aunque no dura.
El chico antepuso su pierna, y controló el movimiento inesperado de manera satisfactoria, sin llegar a caer. Tras ello, se giró y miró al causante de éste choque. Se trataba de un chico un tanto mas bisoño que el Yotsuki, que orgullosamente lucía en su frente la bandana de Uzu. De cabellera oscura, ojos color caramelo, pantalones azulados, y una chaquetilla negra. El chico, se disculpó rápidamente, al parecer tan solo había sido un accidente.
— No ha sido nada, tranquilo. — Comentó el chico mientras llevaba una mano hacia su hombro.
Le dio una pequeña palmada en el hombro, restandole importancia al incidente, mientras le mostraba una cálida sonrisa. Tras ello, se apartaría un poco del camino, no quería volver a molestar a otra persona. Además, quería ver el ocaso... no faltaba mucho, y era una oportunidad difícil de igualar.
— Mejor me quito de en medio, que para ver el ocaso, lo mejor va a ser estar al costado del puente. —
Sería entonces que se dejaría reposar sobre el grueso posado que daba límites laterales al puente. Hechos de la misma roca caliza que el suelo, daba una segura protección ante la caída, así como una agradable base de apoyo. Los ojos del rubio se perderían en el horizonte, vislumbrando ese paisaje.
El chico antepuso su pierna, y controló el movimiento inesperado de manera satisfactoria, sin llegar a caer. Tras ello, se giró y miró al causante de éste choque. Se trataba de un chico un tanto mas bisoño que el Yotsuki, que orgullosamente lucía en su frente la bandana de Uzu. De cabellera oscura, ojos color caramelo, pantalones azulados, y una chaquetilla negra. El chico, se disculpó rápidamente, al parecer tan solo había sido un accidente.
— No ha sido nada, tranquilo. — Comentó el chico mientras llevaba una mano hacia su hombro.
Le dio una pequeña palmada en el hombro, restandole importancia al incidente, mientras le mostraba una cálida sonrisa. Tras ello, se apartaría un poco del camino, no quería volver a molestar a otra persona. Además, quería ver el ocaso... no faltaba mucho, y era una oportunidad difícil de igualar.
— Mejor me quito de en medio, que para ver el ocaso, lo mejor va a ser estar al costado del puente. —
Sería entonces que se dejaría reposar sobre el grueso posado que daba límites laterales al puente. Hechos de la misma roca caliza que el suelo, daba una segura protección ante la caída, así como una agradable base de apoyo. Los ojos del rubio se perderían en el horizonte, vislumbrando ese paisaje.