30/05/2017, 01:37
El Uchiha se limitó a asentir ante la pregunta de su compañero, haciéndose a un lado de la calle para apoyarse en la pared de la casa más cercana y descansar un poco el cuerpo. Mientras veía a Datsue alejarse en dirección a la tienda, Akame sacó un cigarrillo de uno de los bolsillos de su pantalón y, con gesto discreto, lo prendió. Dio una calada y disfrutó del sabor amargo del tabaco; no quería ser visto por sus compañeros, por lo que el hecho de que Datsue hubiese decidido volver a la tienda —y que Noemi les hubiera dado plantón— suponía vía libre para echarse un pitillo.
Cuando Datsue llegó a la tienda, no encontró a nadie en la calle. Si corría la puerta de la entrada, descubriría que la señora Tofu había metido a los chicos dentro —perro incluído—, mientras esperaba a algo o a alguien.
—¿Uh? —la presencia del ninja la cogió de improvisto—. ¡Ah! Eres tú, muchacho. Pasa, pasa... Mi marido ha ido a avisar a la guardia, no tardarán en llegar.
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Cuando Datsue llegó a la tienda, no encontró a nadie en la calle. Si corría la puerta de la entrada, descubriría que la señora Tofu había metido a los chicos dentro —perro incluído—, mientras esperaba a algo o a alguien.
—¿Uh? —la presencia del ninja la cogió de improvisto—. ¡Ah! Eres tú, muchacho. Pasa, pasa... Mi marido ha ido a avisar a la guardia, no tardarán en llegar.