30/05/2017, 21:19
La voz femenina respondió y la respiración del calvo se calmó. Saber que ninguno de los dos había muerto era un alivio, aún más saber que Eri andaba cerca. Con problemas Karamaru se pudo poner en sus pies y tratar de mirar alrededor, aunque fue un vano. La tierra sobre ellos se había cerrado y lo único que uno podía ver era la completa oscuridad.
Estoy bien, supongo que ambos caímos sobre lo mismo. La cosa esta amortiguo la caída.
Comenzó a caminar para donde escuchó por última vez la voz de Eri, dando pasos exagerados para tantear el terreno y saber que todo el tiempo pisaba sobre la misma superficie. Frente a él, sus dos manos se movían en horizontal para no chocarse contra nada que no sea la kunoichi que hacía segundos estaba levantando cultivos del piso.
Yo tampoco veo nad...- la voz lo interrumpió.
Ah, y no reviséis las paredes, tienen explosivos... Sí, eso, ¡explosivos!
«Yuichi Amano.... Yuichi Amano.... ¿El que nombraban en la taberna? Puede ser pero.....»
Movió la cabeza de un lado a otro tratando de ver algo de pared, pero no vio nada más que negro. ¿Por qué alguien se molestaría en poner explosivos en lugar como ese? Se la hacía raro y curioso a un monje que comenzaba a tratar de dilucidar en su cabeza cómo escapar de aquel lugar.
¿Y ahora qué hacemos?- la voz de Eri sonó bastante cerca.
Primero que nada encontrarnos.
El calvo finalmente tocó algo con su mano izquierda. Parecía redondo, y levemente apretable, como un globo pero un poco más blando y firme. Comenzó a tocar una y otra vez con su mano, volvía a apretar y seguía sin entender que era.
¡Eri!- el calvo gritó- Creo que encontré algo.
Es como una pelota esponjosa, o algo parecido.
Estoy bien, supongo que ambos caímos sobre lo mismo. La cosa esta amortiguo la caída.
Comenzó a caminar para donde escuchó por última vez la voz de Eri, dando pasos exagerados para tantear el terreno y saber que todo el tiempo pisaba sobre la misma superficie. Frente a él, sus dos manos se movían en horizontal para no chocarse contra nada que no sea la kunoichi que hacía segundos estaba levantando cultivos del piso.
Yo tampoco veo nad...- la voz lo interrumpió.
Ah, y no reviséis las paredes, tienen explosivos... Sí, eso, ¡explosivos!
«Yuichi Amano.... Yuichi Amano.... ¿El que nombraban en la taberna? Puede ser pero.....»
Movió la cabeza de un lado a otro tratando de ver algo de pared, pero no vio nada más que negro. ¿Por qué alguien se molestaría en poner explosivos en lugar como ese? Se la hacía raro y curioso a un monje que comenzaba a tratar de dilucidar en su cabeza cómo escapar de aquel lugar.
¿Y ahora qué hacemos?- la voz de Eri sonó bastante cerca.
Primero que nada encontrarnos.
El calvo finalmente tocó algo con su mano izquierda. Parecía redondo, y levemente apretable, como un globo pero un poco más blando y firme. Comenzó a tocar una y otra vez con su mano, volvía a apretar y seguía sin entender que era.
¡Eri!- el calvo gritó- Creo que encontré algo.
Es como una pelota esponjosa, o algo parecido.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘