1/06/2017, 06:07
A diferencia del más robusto de los hombres ella se tomaba su tiempo para degustar la carne que se había servido, de lo contrario se terminaría quemando innecesariamente y no le resultaba tan agradable pelarse el paladar gratuitamente.
Pronto Daiko entre exclamaciones notaría que la pelirroja no dejaba de mirar el carromato y no dudó en consultar al respecto.
—No, pero me molestaría que alguien pase y se lleve algo —respondió con tono neutral.
Realmente no era que la preocupase ni nada similar, más bien quería asegurarse de hacer bien su trabajo y despegando la mirada del carro era muy factible que incluso algún animal salvaje se robase algo.
Luego de eso Ritsuko bebió de la cantimplora tan solo un par de tragos para luego regresar al trozo de carne que ya estaba a punto de terminarse.
—Por cierto, ¿Gonken es mudo o simplemente evita hablar? —preguntó mostrando algo de curiosidad al respecto.
Hasta el momento solo le había escuchado gruñir y ya, quería saber si realmente podía o no hablar o de lo contrario podría darse alguna situación un tanto bochornosa para la pelirroja… Si es que no se daba en ese preciso instante.