2/06/2017, 10:28
(Última modificación: 2/06/2017, 13:16 por Uzumaki Eri.)
Pero no pudo irse, más bien no le dio tiempo pues una mano agarró su muñeca y tiró de ella haciéndola caer en el sofá que estaba siendo ocupado por el rubio.[
— Como entenderás no puedo dejarte ir cuando acabas de desmayarte. Duerme aquí y mañana te acompaño a casa, por favor.
Los mofletes de la joven volvieron a adquirir un tono sonrosado al sentir como el rubio se encontraba a pocos centímetros de ella de nuevo, y sus ojos denotaban algo parecido a preocupación, que gracias a la tenue luz que se colaba por la ventana podía verlos, y un sentimiento de culpa se volvió a instaurar en su pecho.
«¿Por qué estoy siendo tan egoísta?»
Sin embargo fue eclipsado de nuevo por las mariposas que había sentido antes y que parecían haberse quedado a vivir allí, y es que... ¿Cómo podía ser que con solo esa mirada pasasen tantas cosas en su interior?
— Lo siento Nabi-kun, tienes razón... — Se disculpó la joven mientras bajaba la mirada, apenada. — Sin embargo, me niego a que yo duerma en tu cama y tu en el sofá, además, sigo empapada... ¿P-puedo utilizar tu ducha?
Aquello último fue dicho como un susurro, además, tampoco es que tuviese ropa limpia... «No sabía que esto de quedarse a dormir era tan enrevesado... ¿Qué dirá Ryu si se entera de esto?»
— Como entenderás no puedo dejarte ir cuando acabas de desmayarte. Duerme aquí y mañana te acompaño a casa, por favor.
Los mofletes de la joven volvieron a adquirir un tono sonrosado al sentir como el rubio se encontraba a pocos centímetros de ella de nuevo, y sus ojos denotaban algo parecido a preocupación, que gracias a la tenue luz que se colaba por la ventana podía verlos, y un sentimiento de culpa se volvió a instaurar en su pecho.
«¿Por qué estoy siendo tan egoísta?»
Sin embargo fue eclipsado de nuevo por las mariposas que había sentido antes y que parecían haberse quedado a vivir allí, y es que... ¿Cómo podía ser que con solo esa mirada pasasen tantas cosas en su interior?
— Lo siento Nabi-kun, tienes razón... — Se disculpó la joven mientras bajaba la mirada, apenada. — Sin embargo, me niego a que yo duerma en tu cama y tu en el sofá, además, sigo empapada... ¿P-puedo utilizar tu ducha?
Aquello último fue dicho como un susurro, además, tampoco es que tuviese ropa limpia... «No sabía que esto de quedarse a dormir era tan enrevesado... ¿Qué dirá Ryu si se entera de esto?»