2/06/2017, 02:45
Mientras la chica barría tanto como podía debajo del sofá, Datsue tuvo una parda de revolcones extraños que dejaron atónita a la rubia. Simplemente no entendía lo que pasaba hasta que tosió y habló como si nada hubiese pasado. «Venga hombre, nadie te cree »pensó ignorando las afirmaciones finales.
—Igual, el viejo usa Odachis, Osamu también pero tiene dieciséis y los demás usan Uchigatanas excepto Noemi y Ruri que usan wakizashis y Kasumi que sí usa ninjatos pero tiene diez —aclaró aprovechando el momento.
Después de todo ella nunca dijo nada de los ninjatos y como es buena gente no le dejó con el concepto errado aunque podría haberlo hecho.
—Igual, de aquí hasta que llegue seguro ya terminó la oferta —fue la respuesta que le proporcionó mostrándose un tanto desganada al respecto—. Un día de estos compraré un par de wakizashis y cuando tenga dinero para derrochar haré el cambio.
Aprovechando la situación, Koko movió el sofá tanto como pudo y fue allí cuando cierta cosilla cayó de entre los cojines. «Se le habrá caído en alguna distracción »Supuso la rubia en lo que se agachaba para levantar aquella revista y ver en la portada una mujer completamente desnuda y una buena cantidad de miniaturas sumamente extrañas que la pecosa no comprendía.
—Hey… —soltó apenas dando vuelta la revista para mirar la contra-tapa—¿Por qué en el culo? —fue lo primero que atinó a responder.
Realmente no entendía nada de lo que estaba viendo y no se le ocurría absolutamente nada para explicar por qué las fotos mostraban semejantes cosas.
—Igual, el viejo usa Odachis, Osamu también pero tiene dieciséis y los demás usan Uchigatanas excepto Noemi y Ruri que usan wakizashis y Kasumi que sí usa ninjatos pero tiene diez —aclaró aprovechando el momento.
Después de todo ella nunca dijo nada de los ninjatos y como es buena gente no le dejó con el concepto errado aunque podría haberlo hecho.
—Igual, de aquí hasta que llegue seguro ya terminó la oferta —fue la respuesta que le proporcionó mostrándose un tanto desganada al respecto—. Un día de estos compraré un par de wakizashis y cuando tenga dinero para derrochar haré el cambio.
Aprovechando la situación, Koko movió el sofá tanto como pudo y fue allí cuando cierta cosilla cayó de entre los cojines. «Se le habrá caído en alguna distracción »Supuso la rubia en lo que se agachaba para levantar aquella revista y ver en la portada una mujer completamente desnuda y una buena cantidad de miniaturas sumamente extrañas que la pecosa no comprendía.
—Hey… —soltó apenas dando vuelta la revista para mirar la contra-tapa—¿Por qué en el culo? —fue lo primero que atinó a responder.
Realmente no entendía nada de lo que estaba viendo y no se le ocurría absolutamente nada para explicar por qué las fotos mostraban semejantes cosas.