2/06/2017, 03:13
(Última modificación: 2/06/2017, 03:15 por Uchiha Datsue.)
«¿Uchigatanas? Pff… Hasta el menos entendido sabe que es el mayor desperdicio en dinero del mundo. Cómo se nota que proviene de una familia pudiente…»
Sin embargo, lo que dijo a continuación no le pudo gustar menos. Parecía perezosa por desplazarse a la tienda, ¡e incluso aseguró querer comprar primero unos wakizashis mientras ahorraba para los ninjatos! Un desastre total, vaya, aparte de pésimo negocio incluso para ella. Por no hablar de que no entendía como alguien perteneciente a la familia Sakamoto, que al parecer compraban katanas como rosquillas, no pudiese permitirse un par de ninjatos.
Todavía estaba buscando las palabras adecuadas para su siguiente intervención cuando la muchacha encontró…
«Oh, no…»
… algo que definitivamente no debía estar ahí.
—E-esto… ¡Puedo expli…! ¡¿CÓMO?! —exclamó el Uchiha, atónito. ¿Había escuchado la pregunta que creía haber escuchado? ¿Acaso era una broma y le estaba tomando el pelo? ¿O se lo decía en serio?
El Uchiha desvió la mirada hacia la puerta. Luego hacia la ventana. Ninguna de las dos opciones le convencía. La primera estaba muy lejos, y la segunda le aseguraba una caída demasiado dolorosa. Sin posibilidad a huir, tuvo que enfrentarse a sus temores. Pero, ¿cómo responder a... eso? Si alguien te hacía la pregunta, era porque definitivamente no entendería la respuesta. O te gustaba o no, no había más vuelta de hoja.
—Pueeees… Supongo que para evitar caer en la monotía —«¿Mono-qué? ¿¡Pero qué clase de respuesta es esa, muchacho!?»—. Y porque… les gusta —no sabía si lo había arreglado con aquello—. A las chicas, especialmente —definitivamente iba de mal en peor.
Sin embargo, lo que dijo a continuación no le pudo gustar menos. Parecía perezosa por desplazarse a la tienda, ¡e incluso aseguró querer comprar primero unos wakizashis mientras ahorraba para los ninjatos! Un desastre total, vaya, aparte de pésimo negocio incluso para ella. Por no hablar de que no entendía como alguien perteneciente a la familia Sakamoto, que al parecer compraban katanas como rosquillas, no pudiese permitirse un par de ninjatos.
Todavía estaba buscando las palabras adecuadas para su siguiente intervención cuando la muchacha encontró…
«Oh, no…»
… algo que definitivamente no debía estar ahí.
—E-esto… ¡Puedo expli…! ¡¿CÓMO?! —exclamó el Uchiha, atónito. ¿Había escuchado la pregunta que creía haber escuchado? ¿Acaso era una broma y le estaba tomando el pelo? ¿O se lo decía en serio?
El Uchiha desvió la mirada hacia la puerta. Luego hacia la ventana. Ninguna de las dos opciones le convencía. La primera estaba muy lejos, y la segunda le aseguraba una caída demasiado dolorosa. Sin posibilidad a huir, tuvo que enfrentarse a sus temores. Pero, ¿cómo responder a... eso? Si alguien te hacía la pregunta, era porque definitivamente no entendería la respuesta. O te gustaba o no, no había más vuelta de hoja.
—Pueeees… Supongo que para evitar caer en la monotía —«¿Mono-qué? ¿¡Pero qué clase de respuesta es esa, muchacho!?»—. Y porque… les gusta —no sabía si lo había arreglado con aquello—. A las chicas, especialmente —definitivamente iba de mal en peor.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado