3/06/2017, 02:06
Monjes... Sí, consideramos monjes, supongo que no está mal.
Eran bastante más que monjes, eran científicos, filósofos, agricultores, guerreros, herreros, su templo era un pequeño mundo alejado del salvaje exterior. Pero sí, entre todo lo que eran, todos sus habitantes eran monjes dedicados a diferentes aspectos de la vida pero, por sobre todo, al alcanzar el punto máximo, perfecto y utópico de sabiduría.
Aunque no veo nada raro en que seamos ninjas, es parte de nuestra cultura y naturaleza que sirvamos a nuestras tierras y nos entrenemos en su academia.
—Pero sí, tampoco es muy común es que los habitantes porten un hitai-ate. Somos pocos.- no pudo evitar volver a enorgullecerse de hitai-ate, uno que también portaba el Uchiha y que se avergonzó por no darse cuenta que todo ese tiempo lo portaba. Compañeros de profesión después de todo. Ahora la muerte de Haskoz y el pesar de Akame cobraban más sentido.
«Siempre haciendo una de las tuyas, infaltable, ¿No Karamaru?»
En poco tiempo se detuvieron en el puesto al que había sido invitado. Uno simple y rústico, de aspecto que le encantaba al calvo que estaba acostumbrado a los odiosos edificios duros y abarrotados de gente. Ese estilo más rural era de los que solía frecuentar cuando podía.
Buenas tardes. Una ración de pollo teriyaki para mí, por favor - Karamaru tomó asiento junto a él.
Buenas tardes.
—L-lo mismo, s-sí lo mismo.- contestó dubitativo sin saber que pedir. Estaba acostumbrado a salir y tomar té, no comer fuera de su casa y no tenía ni idea de que era lo habitual. Al menos estaba seguro que tenía unos cuantos ryos en su bolsillo para pagar cualquier cantidad razonable.
¿Cómo andan las cosas por Uzushio? Complicadas, ¿No? Ni me imagino lo difícil que debe de ser hacer frente a una situación así.- miraba a los ojos al morocho.
—Las pocas veces que murió un Gran Sabio en lo que llevo de vida eran momentos de un desorden total. No es fácil elegir sucesores, menos cuando se es estricto con sus características.- lo había dicho más para sí mismo que para su acompañante, llevando su mirada al mostrador de madera donde posaban ambas manos cruzando sus dedos.
Eran bastante más que monjes, eran científicos, filósofos, agricultores, guerreros, herreros, su templo era un pequeño mundo alejado del salvaje exterior. Pero sí, entre todo lo que eran, todos sus habitantes eran monjes dedicados a diferentes aspectos de la vida pero, por sobre todo, al alcanzar el punto máximo, perfecto y utópico de sabiduría.
Aunque no veo nada raro en que seamos ninjas, es parte de nuestra cultura y naturaleza que sirvamos a nuestras tierras y nos entrenemos en su academia.
—Pero sí, tampoco es muy común es que los habitantes porten un hitai-ate. Somos pocos.- no pudo evitar volver a enorgullecerse de hitai-ate, uno que también portaba el Uchiha y que se avergonzó por no darse cuenta que todo ese tiempo lo portaba. Compañeros de profesión después de todo. Ahora la muerte de Haskoz y el pesar de Akame cobraban más sentido.
«Siempre haciendo una de las tuyas, infaltable, ¿No Karamaru?»
En poco tiempo se detuvieron en el puesto al que había sido invitado. Uno simple y rústico, de aspecto que le encantaba al calvo que estaba acostumbrado a los odiosos edificios duros y abarrotados de gente. Ese estilo más rural era de los que solía frecuentar cuando podía.
Buenas tardes. Una ración de pollo teriyaki para mí, por favor - Karamaru tomó asiento junto a él.
Buenas tardes.
—L-lo mismo, s-sí lo mismo.- contestó dubitativo sin saber que pedir. Estaba acostumbrado a salir y tomar té, no comer fuera de su casa y no tenía ni idea de que era lo habitual. Al menos estaba seguro que tenía unos cuantos ryos en su bolsillo para pagar cualquier cantidad razonable.
¿Cómo andan las cosas por Uzushio? Complicadas, ¿No? Ni me imagino lo difícil que debe de ser hacer frente a una situación así.- miraba a los ojos al morocho.
—Las pocas veces que murió un Gran Sabio en lo que llevo de vida eran momentos de un desorden total. No es fácil elegir sucesores, menos cuando se es estricto con sus características.- lo había dicho más para sí mismo que para su acompañante, llevando su mirada al mostrador de madera donde posaban ambas manos cruzando sus dedos.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘