3/06/2017, 11:40
(Última modificación: 3/06/2017, 11:40 por Uchiha Akame.)
La señora asintió con amabilidad y desapareció de la barra para ocupar, seguramente, otro lugar junto a los fogones. Poco después el aroma a carne cocinada, especias y guiso llenó el ambiente, y Akame inspiró profundamente hinchando el pecho como un pavo real. «Ah, tenían razón, este sitio debe ser muy bueno. Sólo por cómo huele sería capaz de comerme dos o tres raciones».
Sin embargo, las siguientes palabras de Karamaru se le clavaron como un dardo. El calvo era amable y su gesto para con el difunto Haskoz había hecho mucho por disipar las barreras de confianza que Akame solía interponer entre otras personas y él —especialmente si se trataba de ninjas, y más todavía si eran de una Aldea extranjera—, pero aquella pregunta había hecho saltar de nuevo todas las alarmas.
Una cosa era compartir el recuerdo de un camarada caído, como buenos compañeros de profesión, y otra bien distinta indagar en la política de Uzushio. «Ah no, no contarán de Uchiha Akame que fuese indiscreto».
—Es difícil, sí —respondió con firmeza—. Pero por suerte tenemos una buena plana de shinobis y kunoichis tan poderosos como Shiona-sama, o más. De hecho, el puesto de Uzukage ha estado muy disputado.
»Al final el cargo ha recaído sobre Uzumaki Gouna, hija de la difunta Uzukage. Una mujer formidable —mintió—, estoy seguro de que su fama pronto llegará a Amegakure.
La dueña del puestito regresó con dos humeantes platos de pollo regado con una salsa marrón y espesa, con guarnición de verduras y un par de vasos de agua. Akame agradeció la comida con una inclinación de cabeza, tomó sus palillos y empezó a comer.
—¿Y qué me dices de tu Villa? Se cuenta que Amekoro Yui es tan despiadada que hace correr desnudos bajo la lluvia a los shinobi que la contrarian. ¿Es eso cierto?
Sin embargo, las siguientes palabras de Karamaru se le clavaron como un dardo. El calvo era amable y su gesto para con el difunto Haskoz había hecho mucho por disipar las barreras de confianza que Akame solía interponer entre otras personas y él —especialmente si se trataba de ninjas, y más todavía si eran de una Aldea extranjera—, pero aquella pregunta había hecho saltar de nuevo todas las alarmas.
Una cosa era compartir el recuerdo de un camarada caído, como buenos compañeros de profesión, y otra bien distinta indagar en la política de Uzushio. «Ah no, no contarán de Uchiha Akame que fuese indiscreto».
—Es difícil, sí —respondió con firmeza—. Pero por suerte tenemos una buena plana de shinobis y kunoichis tan poderosos como Shiona-sama, o más. De hecho, el puesto de Uzukage ha estado muy disputado.
»Al final el cargo ha recaído sobre Uzumaki Gouna, hija de la difunta Uzukage. Una mujer formidable —mintió—, estoy seguro de que su fama pronto llegará a Amegakure.
La dueña del puestito regresó con dos humeantes platos de pollo regado con una salsa marrón y espesa, con guarnición de verduras y un par de vasos de agua. Akame agradeció la comida con una inclinación de cabeza, tomó sus palillos y empezó a comer.
—¿Y qué me dices de tu Villa? Se cuenta que Amekoro Yui es tan despiadada que hace correr desnudos bajo la lluvia a los shinobi que la contrarian. ¿Es eso cierto?