3/06/2017, 23:55
[sub=yellow]— Te... lo dije...[/color] —exhaló Senju.
Había conseguido mantenerse de pie, pero el esfuerzo también había hecho mella en él, doblegándole hasta el punto de obligarle a apoyar las manos en las rodillas para sostener el peso de su cuerpo y no caer redondo al suelo.
—¿A... qué... te refieres...? —preguntó Ayame, girando la cabeza hacia él. Una gota de sudor se resbaló por su frente.
Aún le ardían los pulmones del combate y de la carrera que se habían pegado. Además, aunque no presentara señal alguna en su cuerpo, sentía un intenso dolor en el pecho, allí donde el cocodrilo había hecho restallar su cola contra ella. Nunca le había sabido tan bien sentirse viva, sentir la brisa en la cara. Habían estado a punto de ser devorados por un reptil gigante que trataba de proteger desesperadamente a su prole. Quizás con demasiada desesperación.
Habían escapado por un pelo.
—No me vayas a decir nada ahora de dinosaurios, eh, Senju-san... —se atrevió a bromear.
Había conseguido mantenerse de pie, pero el esfuerzo también había hecho mella en él, doblegándole hasta el punto de obligarle a apoyar las manos en las rodillas para sostener el peso de su cuerpo y no caer redondo al suelo.
—¿A... qué... te refieres...? —preguntó Ayame, girando la cabeza hacia él. Una gota de sudor se resbaló por su frente.
Aún le ardían los pulmones del combate y de la carrera que se habían pegado. Además, aunque no presentara señal alguna en su cuerpo, sentía un intenso dolor en el pecho, allí donde el cocodrilo había hecho restallar su cola contra ella. Nunca le había sabido tan bien sentirse viva, sentir la brisa en la cara. Habían estado a punto de ser devorados por un reptil gigante que trataba de proteger desesperadamente a su prole. Quizás con demasiada desesperación.
Habían escapado por un pelo.
—No me vayas a decir nada ahora de dinosaurios, eh, Senju-san... —se atrevió a bromear.