4/06/2017, 19:13
Al sumergir mi cuerpo en las cálidas aguas sentí un gran alivio, el frío se esfumó totalmente.
Estuve varios minutos en soledad, meditando en silencio y con casi todo el cuerpo bajo el agua, a excepción de mi cabeza. Después nadé un poco de un borde a otro e hice varias piruetas en el agua y sobre ella, pero brevemente porque el frío era devastador. Nadie apareció y a pesar de disfrutar de la calma y la soledad me estaba aburriendo, pero me quedaría ahí por un buen rato más.
Me deshice de la toalla y la puse en la orilla, luego me quedé flotando en medio de las termas, observé el cielo y las nubes, estas se movían lentamente. El efecto de estar en las termas sumado a ver el cielo me daba otro grado de relajación, aunque sintiera un poco de frío en la nariz, lo único que se encontraba sobre el nivel del agua era mi rostro.
El saludo del recién llegado altero la paz que había logrado encontrar, perdí toda estabilidad que mantuve para mantenerme flotando. Mi piel se encontraba un poco más roja de lo habitual, el efecto del agua estaba surgiendo efecto.
—Tranquilo, no me molesta.— Aseguré mientras le miraba. Visualicé su piel morena y cabellera blanca como la mismísima nieve, luego sus orbes grises que parecían tener un significado oculto. —Me viene bien tener un poco de compañía, ya me estaba aburriendo.— Sonreí tras aclarar lo último.
Me acerqué lentamente hasta él, respetando el espacio personal de ambos.—¿Qué tal te parece el hotel?— Me mantuve en silencio unos segundos y luego agregué. —Es prometedor, ¿no? Seguro hay una sorpresa en la cena de hoy.— Sonreí de manera infantil pensando en un presente después de la cena, pero ¿qué más podía pedir? La estadía era gratis y los servicios de lujo.
Estuve varios minutos en soledad, meditando en silencio y con casi todo el cuerpo bajo el agua, a excepción de mi cabeza. Después nadé un poco de un borde a otro e hice varias piruetas en el agua y sobre ella, pero brevemente porque el frío era devastador. Nadie apareció y a pesar de disfrutar de la calma y la soledad me estaba aburriendo, pero me quedaría ahí por un buen rato más.
Me deshice de la toalla y la puse en la orilla, luego me quedé flotando en medio de las termas, observé el cielo y las nubes, estas se movían lentamente. El efecto de estar en las termas sumado a ver el cielo me daba otro grado de relajación, aunque sintiera un poco de frío en la nariz, lo único que se encontraba sobre el nivel del agua era mi rostro.
El saludo del recién llegado altero la paz que había logrado encontrar, perdí toda estabilidad que mantuve para mantenerme flotando. Mi piel se encontraba un poco más roja de lo habitual, el efecto del agua estaba surgiendo efecto.
—Tranquilo, no me molesta.— Aseguré mientras le miraba. Visualicé su piel morena y cabellera blanca como la mismísima nieve, luego sus orbes grises que parecían tener un significado oculto. —Me viene bien tener un poco de compañía, ya me estaba aburriendo.— Sonreí tras aclarar lo último.
Me acerqué lentamente hasta él, respetando el espacio personal de ambos.—¿Qué tal te parece el hotel?— Me mantuve en silencio unos segundos y luego agregué. —Es prometedor, ¿no? Seguro hay una sorpresa en la cena de hoy.— Sonreí de manera infantil pensando en un presente después de la cena, pero ¿qué más podía pedir? La estadía era gratis y los servicios de lujo.