28/06/2015, 22:41
La caravana continuo su camino por las calles internas de la gran ciudad del País del Fuego hasta llegar a un pequeño local, alquilado, en el cual se quedarían los miembros del viaje y serviría como "centro de operaciones". Rápidamente los siete hombres bajaron de sus puestos, acomodaron todo dentro del lugar y se dispusieron a hacer su primer vuelta de ventas mientras llegaba el atardecer. Dos guardias se quedaron en el local, de los dos comerciantes cada uno se llevo a un shinobi y por último, Karamaru iba por su cuenta con su mochila cuadrada y marrón llena de sakes. El pelado sabía que iba a ser bastante complicado el asunto de tener a tanta gente alrededor así que se llevo su sake sin alcohol sabor mondongo para tomar en el viaje. El problema es que Karamaru no se había percatado que era de ese sabor, él lo odiaba, pero se lo llevó pensando que era el de manzana.
Se tardó un rato hasta llegar a una avenida principal, paso ese tiempo haciendo de turista por las calles internas. Ya había visto a tres borrachos tirados en el suelo y un mini-casino con un par de juegos en su interior. Pero ahora era diferente. Las calles veían a gente con traje y mujeres bien preparadas. Parecía un ámbito mas formal que tenía gente de mas nivel aunque también se llegaba a ver a algunas personas desaliñadas. Tras varias cuadras caminando y vendiendo algunos sakes Karamaru se paró en seco por algo que le había llamado la atención. En el edificio de enfrente una cabellera rubia se asomaba en el techo. Tal vez era un borracho que terminó en ese lugar sin saberlo y hasta ahora las únicas ventas que había tenido el calvo fueron a gente pasada de bebida. Así que para seguir con la buena fortuna, Karamaru se dispuso a subir al tejado para hablar con el rubio.
¡Buenas!- comentó el shinobi de Uzu cuando se colocó a la espalda del hombre tras un rato de subir escaleras- ¿Se viene una buena noche verdad? Una como para seguir bebiendo y seguir de fiesta.
«Sigo sin creer como pueden estar tomando a estas horas, pero bueno, mejor para mi»
Tuviste la suerte de encontrarte a un vendedor del mejor sake que hayas probado, y también el más barato. ¿Quieres uno? Tenemos de todos los sabores, no hay ninguno como el nuestro en todo el País del Fuego.
Se tardó un rato hasta llegar a una avenida principal, paso ese tiempo haciendo de turista por las calles internas. Ya había visto a tres borrachos tirados en el suelo y un mini-casino con un par de juegos en su interior. Pero ahora era diferente. Las calles veían a gente con traje y mujeres bien preparadas. Parecía un ámbito mas formal que tenía gente de mas nivel aunque también se llegaba a ver a algunas personas desaliñadas. Tras varias cuadras caminando y vendiendo algunos sakes Karamaru se paró en seco por algo que le había llamado la atención. En el edificio de enfrente una cabellera rubia se asomaba en el techo. Tal vez era un borracho que terminó en ese lugar sin saberlo y hasta ahora las únicas ventas que había tenido el calvo fueron a gente pasada de bebida. Así que para seguir con la buena fortuna, Karamaru se dispuso a subir al tejado para hablar con el rubio.
¡Buenas!- comentó el shinobi de Uzu cuando se colocó a la espalda del hombre tras un rato de subir escaleras- ¿Se viene una buena noche verdad? Una como para seguir bebiendo y seguir de fiesta.
«Sigo sin creer como pueden estar tomando a estas horas, pero bueno, mejor para mi»
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"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘