4/06/2017, 22:06
Lejos de molestarle el mal chiste, el peliblanco busco la lógica rápidamente. —Sí, un rico helado de mantecado con sirope de fresa y nueces o maní…— El solo hecho de imaginarlo hacía agua mi boca.
El moreno se presentó como Kotetsu, por su parte éste decidió hacer una reverencia desprotegiendo a su cuerpo de la calidez hídrica, grave error; le vi sumergirse unos tras ser azotado por la diferencia de temperatura. Me reí demostrando lo gracioso que me pareció. —Jajaja, lo siento, pero como se te ocurre salir tan siquiera un poco sí afuera está helado.— Aseguré mientras en mi rostro aún mantenía la sonrisa burlona.
Tras unos breves segundos, en los cuales me puse un poco más serio, expresé. —Mucho gusto.— E hice una reverencia, pero solo incliné mi cabeza, no necesitaba más.
—Ya veo, eres de País del Espiral.— Él había respondido a mi pregunta antes de que la hiciera. —Yo soy de la tierra de donde no para de llover.— No necesitaba mencionar más, él debía saber a cuál país me refería.
—Sinceramente ya estoy empezando a extrañar la lluvia… Dije pensativo, todos aquellos días de viaje y los que le quedaban de estadía en el hotel, y luego el retorno, estaría mucho tiempo fuera de su hogar.
—Kotetsu, ¿qué te ha traído hasta aquí? Seguramente el moreno podría empezar a molestarle tantas preguntas, pero no sabía mucho de aquel muchacho y debía por lo menos saber lo primordial, ¿no?
El moreno se presentó como Kotetsu, por su parte éste decidió hacer una reverencia desprotegiendo a su cuerpo de la calidez hídrica, grave error; le vi sumergirse unos tras ser azotado por la diferencia de temperatura. Me reí demostrando lo gracioso que me pareció. —Jajaja, lo siento, pero como se te ocurre salir tan siquiera un poco sí afuera está helado.— Aseguré mientras en mi rostro aún mantenía la sonrisa burlona.
Tras unos breves segundos, en los cuales me puse un poco más serio, expresé. —Mucho gusto.— E hice una reverencia, pero solo incliné mi cabeza, no necesitaba más.
—Ya veo, eres de País del Espiral.— Él había respondido a mi pregunta antes de que la hiciera. —Yo soy de la tierra de donde no para de llover.— No necesitaba mencionar más, él debía saber a cuál país me refería.
—Sinceramente ya estoy empezando a extrañar la lluvia… Dije pensativo, todos aquellos días de viaje y los que le quedaban de estadía en el hotel, y luego el retorno, estaría mucho tiempo fuera de su hogar.
—Kotetsu, ¿qué te ha traído hasta aquí? Seguramente el moreno podría empezar a molestarle tantas preguntas, pero no sabía mucho de aquel muchacho y debía por lo menos saber lo primordial, ¿no?