5/06/2017, 01:00
El solo entrenar dentro de la aldea a la larga terminaba por tornarse en algo sumamente aburrido, un cambio de ambiente de vez en cuando sentaba muy bien y por ello Koko había decidido salir en un viaje no muy largo por el país del fuego, donde sabía de la existencia de algunos paisajes naturales bastante irregulares que le servirían muy bien.
Por eso únicamente la rubia tomó una buena cantidad de cosas que le podrían ser útiles y partió siguiendo su mapa hacia Tanzaku Gai, lugar donde se buscó una posada y dejó la mayor parte de su equipaje en la habitación. Solamente se llevó consigo su portaobjetos, kunais y bandana, y obviamente el conjunto que habitualmente lucía sin la capa. Después de todo aquel era un día bastante caluroso.
Sin más por hacer, la chica salió de la ciudad y comenzó a trotar por las afueras internándose en un bosque y teniendo cuidado de no irse por un barranco ni nada similar. El terreno irregular infestado de obstáculos como rocas, árboles y arbustos le venían como anillo al dedo ya que en la aldea solamente corría en terrenos llanos y cuyos obstáculos más importantes probablemente serían las personas que pudieran estar circulando en el momento.
Pasó así una hora completa, momento en el que curiosamente encontró un río en el que pudo lavarse la cara y empaparse el cabello para refrescarse un poco. Finalizado aquello la chica se subió a la rama de un árbol y se colgó de cabeza de las piernas, de esta manera podría hacer flexiones abdominales sin nada que la molestase como alguna piedrita enterrada debajo de la hierba o similares.
«A la vuelta podría solicitar alguna misión, creo que estoy lista al menos para alguna de rango D »razonaba la pecosa sin cesar con su ejercicio que en conjunto con el calor la había hecho sudar bastante.
Por eso únicamente la rubia tomó una buena cantidad de cosas que le podrían ser útiles y partió siguiendo su mapa hacia Tanzaku Gai, lugar donde se buscó una posada y dejó la mayor parte de su equipaje en la habitación. Solamente se llevó consigo su portaobjetos, kunais y bandana, y obviamente el conjunto que habitualmente lucía sin la capa. Después de todo aquel era un día bastante caluroso.
Sin más por hacer, la chica salió de la ciudad y comenzó a trotar por las afueras internándose en un bosque y teniendo cuidado de no irse por un barranco ni nada similar. El terreno irregular infestado de obstáculos como rocas, árboles y arbustos le venían como anillo al dedo ya que en la aldea solamente corría en terrenos llanos y cuyos obstáculos más importantes probablemente serían las personas que pudieran estar circulando en el momento.
Pasó así una hora completa, momento en el que curiosamente encontró un río en el que pudo lavarse la cara y empaparse el cabello para refrescarse un poco. Finalizado aquello la chica se subió a la rama de un árbol y se colgó de cabeza de las piernas, de esta manera podría hacer flexiones abdominales sin nada que la molestase como alguna piedrita enterrada debajo de la hierba o similares.
«A la vuelta podría solicitar alguna misión, creo que estoy lista al menos para alguna de rango D »razonaba la pecosa sin cesar con su ejercicio que en conjunto con el calor la había hecho sudar bastante.