7/06/2017, 18:29
Al cabo de varios largos minutos, Gonken se levantó. Y sus pasos trajeron consigo el tintineante sonido de unas cadenas. Cortó las sogas que mantenían fija la jaula sobre el carro y después apartó la sábana que la cubría. Casi con pereza, sacó una llave del bolsillo de su pantalón y la puerta se abrió con un chasquido y un ligero chirrido. Entró, y Ritsuko pudo ver que en sus manos llevaba un juego entero de cadenas y grilletes. El hombre se agachó junto a ella, y su rostro denotaba la más absoluta indiferencia cuando la miró. Era como si no fuera más que un objeto, un mueble, para él.
Con una mano la agarró del pelo y estiró su cabeza hacia atrás lo justo para poder ponerle el primer grillete en torno al cuello con una cadena colgante atada a una argolla en su parte posterior. Después pasó a las piernas, cortó las cuerdas que ataban unían los tobillos de la muchacha, pero antes de que pudiera escurrirse los atrapó con sus manazas y cerró en torno a ellos dos grilletes separados por una cadena que apenas medía medio metro. Podría andar, pero no podría dar largas zancadas con ellas puestas. Lo último fueron las manos, que sufrieron un destino similar, las muñecas atadas mediante un par de argollas unidas entre sí por otra cadena más corta.
A lo lejos, comenzaban a escucharse algunas voces...
Con una mano la agarró del pelo y estiró su cabeza hacia atrás lo justo para poder ponerle el primer grillete en torno al cuello con una cadena colgante atada a una argolla en su parte posterior. Después pasó a las piernas, cortó las cuerdas que ataban unían los tobillos de la muchacha, pero antes de que pudiera escurrirse los atrapó con sus manazas y cerró en torno a ellos dos grilletes separados por una cadena que apenas medía medio metro. Podría andar, pero no podría dar largas zancadas con ellas puestas. Lo último fueron las manos, que sufrieron un destino similar, las muñecas atadas mediante un par de argollas unidas entre sí por otra cadena más corta.
A lo lejos, comenzaban a escucharse algunas voces...