8/06/2017, 19:46
El Uchiha no pudo sino hacer rodar sus ojos ante la réplica de Karamaru. Ya se imaginaba que diría eso, de distinta forma pero idéntico fondo a las ideas de otros ninjas de Ame con los que Akame se había topado. «La actitud de estos tíos está empezando a irritarme...». Tomó otro sorbo de té mientras el calvo apuraba su taza por completo.
—Hay veces, creo yo, que es sano y correcto cuestionar a los que nos lideran.
Aquello fue la gota que colmó el vaso. Akame se sentía como si estuviese discutiendo con una pared, o con un niño de tres años. «No puedo creer que realmente los ninjas de Ame sean así. ¿¡Cómo carajo les dejan graduarse!?». Bebió el resto de su té con un sorbo y golpeó la barra del puesto de forma idéntica a como lo había hecho Karamaru. Luego imitó al monje, dejando su parte de la cuenta.
—¿Eso crees, amenio? —replicó—. Curioso. Muy curioso. Si te sientes tan inclinado a cuestionar las órdenes de tus superiores, entonces, dime... ¿Cómo, entonces, afirmas que tu criterio puede llegar a ser más acertado que el de otros ninja que te superan, por mucho, en toda cualidad que seas capaz de nombrar? ¿Crees que eres más inteligente que tus superiores? ¿Más sabio? ¿Más experimentado?
El Uchiha se puso en pie.
—Tal y como yo lo veo, sólo hay dos posibles explicaciones. O bien piensas que tus superiores son unos completos inútiles, o bien el inútil eres tú.
Miraba con desafío al monje. No buscaba iniciar un altercado, pero aquella actitud tan poco, tan poquísimo disciplinada de los ninjas de Ame escapaba a su comprensión. Y Akame odiaba no comprender cosas.
—Hay veces, creo yo, que es sano y correcto cuestionar a los que nos lideran.
Aquello fue la gota que colmó el vaso. Akame se sentía como si estuviese discutiendo con una pared, o con un niño de tres años. «No puedo creer que realmente los ninjas de Ame sean así. ¿¡Cómo carajo les dejan graduarse!?». Bebió el resto de su té con un sorbo y golpeó la barra del puesto de forma idéntica a como lo había hecho Karamaru. Luego imitó al monje, dejando su parte de la cuenta.
—¿Eso crees, amenio? —replicó—. Curioso. Muy curioso. Si te sientes tan inclinado a cuestionar las órdenes de tus superiores, entonces, dime... ¿Cómo, entonces, afirmas que tu criterio puede llegar a ser más acertado que el de otros ninja que te superan, por mucho, en toda cualidad que seas capaz de nombrar? ¿Crees que eres más inteligente que tus superiores? ¿Más sabio? ¿Más experimentado?
El Uchiha se puso en pie.
—Tal y como yo lo veo, sólo hay dos posibles explicaciones. O bien piensas que tus superiores son unos completos inútiles, o bien el inútil eres tú.
Miraba con desafío al monje. No buscaba iniciar un altercado, pero aquella actitud tan poco, tan poquísimo disciplinada de los ninjas de Ame escapaba a su comprensión. Y Akame odiaba no comprender cosas.