9/06/2017, 10:51
— Bueno, mi trabajo aquí ha terminado, os dejo con vuestras cosas amenias —dijo Senju, ajeno a toda aquella escena familiar. Bajo la atenta mirada de Kōri, el chico los rodeó como si temiera congelarse con su sola presencia y echó a andar para cruzar el puente de vuelta.
—¡Adiós, Senju-san! ¡Espero que nos volvamos a ver! —exclamó Ayame, agitando el brazo en el aire. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que se había quedado a solas con su hermano. Y que seguía con aquella anodina inexpresividad en su rostro. Se giró hacia él, con una sonrisa nerviosa—. Te... ¿Te puedes creer que estaba convencido que los de Kusagakure estaban entrenando dinosaurios o algo así? —le comentó, en un vago intento por cambiar de tema.
Pero Kōri golpeteó su brazo con el dedo índice.
—Tú y yo vamos a tener una charla en el regreso a casa, Ayame. Vamos.
Ayame tragó saliva, agachó la cabeza y siguió los pasos de su hermano de vuelta hacia Amegakure. La excursión hacia el Valle del Fin había terminado, y aunque no había conseguido averiguar nada nuevo sobre la batalla que sucedió entre los tres primeros Kage de Amegakure, Kusagakure y Uzushiogakure y las nueve bestias, se iba con una agradable sensación se haber hecho dos amigos nuevos. En realidad, no sabía si podía considerar a Senju como tal, pero el pliego que le había regalado Taeko, cuidadosamente enrollado para evitar que se estropeara, seguía dentro de su mochila.
—¡Adiós, Senju-san! ¡Espero que nos volvamos a ver! —exclamó Ayame, agitando el brazo en el aire. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que se había quedado a solas con su hermano. Y que seguía con aquella anodina inexpresividad en su rostro. Se giró hacia él, con una sonrisa nerviosa—. Te... ¿Te puedes creer que estaba convencido que los de Kusagakure estaban entrenando dinosaurios o algo así? —le comentó, en un vago intento por cambiar de tema.
Pero Kōri golpeteó su brazo con el dedo índice.
—Tú y yo vamos a tener una charla en el regreso a casa, Ayame. Vamos.
Ayame tragó saliva, agachó la cabeza y siguió los pasos de su hermano de vuelta hacia Amegakure. La excursión hacia el Valle del Fin había terminado, y aunque no había conseguido averiguar nada nuevo sobre la batalla que sucedió entre los tres primeros Kage de Amegakure, Kusagakure y Uzushiogakure y las nueve bestias, se iba con una agradable sensación se haber hecho dos amigos nuevos. En realidad, no sabía si podía considerar a Senju como tal, pero el pliego que le había regalado Taeko, cuidadosamente enrollado para evitar que se estropeara, seguía dentro de su mochila.

![[Imagen: kQqd7V9.png]](https://i.imgur.com/kQqd7V9.png)