10/06/2017, 01:28
—Perdona, perdona. No pude evitarlo— Izumi empezaba a dudar de sí lo decían en serio o no, cada vez que alguien la asustaba con un saludo de improviso le daban la misma disculpa.
Tras explicarle que no había coincidido con Yota, el marionetista no dudó en realizar un vaticinio poco alagüeño al menos desde la perspectiva de la chica — Si bueno, algo me dice que lo veremos pronto — esperaba con todo su corazón que el chico no estuviese en lo cierto, ya había tenido bastante del pelirubio con la misión de castigo
—Ojalá te equivoques, ya he tenido suficiente de él para una buena temporada...— suspiró un tanto hastiada
"Ahora que lo recuerdo, quizás Juro ni siquiera sepa nada sobre eso"
— No tanto. Llegue hace un par de días, fue un viaje cansado — explicó, cambiando el peso de una pierna a otra —. Pero no pude evitar salir a ver el lugar en cuanto pude. ¿Has estado en la capital? Es enorme. Pero al final, me cansé de tanto alboroto. Venir aquí me pareció perfecto. Como un viaje espiritual. — añadió, felizmente —. ¿Has venido aquí por algo así tu también?
—La verdad es que no he tenido tiempo para nada— confesó sin tapujos —Llegué reventada después del viaje, así que dedique todo el día de ayer a deshacer mi equipaje y a descansar— explicó —Me crucé literalmente medio Onindo a pie— Izumi volvió a abanicarse con el cuello de su kimono, dejando un poco más al descubierto durante unos instantes su bikini
—Más o menos respondió a la pregunta del por qué estaba allí —Me han enviado aquí a reflexionar— se encogió de hombros —Así que supongo que querrán que medite o algo... pero no sé muy bien como funciona, así que quería llegar hasta un templo— hinchó un poco el moflete derecho un instante —pero no quiero ir a uno de esos religiosos, estoy segura de que si lo hago terminaré comiéndome un sermón— arqueó las cejas un poco —así que quería ir al templo laico... pero como ves, no hay ningún cartel y no tengo ni idea de que camino coger— señaló hacia los senderos por encima de su hombro —¿Tienes alguna idea de cuál hay que coger?
Con un poco de suerte, su compañero más diligente podría sacarla del apuro o al menos sufrir con ella el aciago destino de sufrir el sermón de un monje tratando de reclutar adeptos a su fe
Tras explicarle que no había coincidido con Yota, el marionetista no dudó en realizar un vaticinio poco alagüeño al menos desde la perspectiva de la chica — Si bueno, algo me dice que lo veremos pronto — esperaba con todo su corazón que el chico no estuviese en lo cierto, ya había tenido bastante del pelirubio con la misión de castigo
—Ojalá te equivoques, ya he tenido suficiente de él para una buena temporada...— suspiró un tanto hastiada
"Ahora que lo recuerdo, quizás Juro ni siquiera sepa nada sobre eso"
— No tanto. Llegue hace un par de días, fue un viaje cansado — explicó, cambiando el peso de una pierna a otra —. Pero no pude evitar salir a ver el lugar en cuanto pude. ¿Has estado en la capital? Es enorme. Pero al final, me cansé de tanto alboroto. Venir aquí me pareció perfecto. Como un viaje espiritual. — añadió, felizmente —. ¿Has venido aquí por algo así tu también?
—La verdad es que no he tenido tiempo para nada— confesó sin tapujos —Llegué reventada después del viaje, así que dedique todo el día de ayer a deshacer mi equipaje y a descansar— explicó —Me crucé literalmente medio Onindo a pie— Izumi volvió a abanicarse con el cuello de su kimono, dejando un poco más al descubierto durante unos instantes su bikini
—Más o menos respondió a la pregunta del por qué estaba allí —Me han enviado aquí a reflexionar— se encogió de hombros —Así que supongo que querrán que medite o algo... pero no sé muy bien como funciona, así que quería llegar hasta un templo— hinchó un poco el moflete derecho un instante —pero no quiero ir a uno de esos religiosos, estoy segura de que si lo hago terminaré comiéndome un sermón— arqueó las cejas un poco —así que quería ir al templo laico... pero como ves, no hay ningún cartel y no tengo ni idea de que camino coger— señaló hacia los senderos por encima de su hombro —¿Tienes alguna idea de cuál hay que coger?
Con un poco de suerte, su compañero más diligente podría sacarla del apuro o al menos sufrir con ella el aciago destino de sufrir el sermón de un monje tratando de reclutar adeptos a su fe