11/06/2017, 14:41
(Última modificación: 11/09/2017, 21:43 por Uzumaki Eri.)
Aquel día de verano el calor alcanzo su punto máximo, al igual que la humedad. La villa entera parecía estar enfrentada a los vapores de un sauna, y las personas que no estaban descansando se encontraban buscando alivio en la playa. Era una de esas jornadas donde la temperatura resultaba tan agobiante que la gente se veía inducida a permanecer quieta sin hacer nada, pero para un ninja el trabajo jamás termina, sin importar las condiciones climáticas.
“Cuando en el periódico decía que para los próximos días se esperaba que un frente húmedo llegara acompañado de una ola de calor, esperaba que lloviera e hiciera sol alternadamente, no que la aldea se convirtiera en un caldo humeante”
Kōtetsu no consideraba que el calor fuese tan malo, en su aldea también había temporadas cálidas, pero aquella humedad desbordante le resultaba nueva e incómoda. Se había vestido con una camiseta azul sin mangas y de cuello corto, y con unos pantaloncillo blancos holgados. Todo ataviado de algodón ligero, con su cabello bien recogido en una fina coleta, y aun así se encontraba sudando constantemente con el solo hecho de caminar. Sin embargo, estaba determinado a pedir una misión aquel día. Ya llevaba un tiempo postergándolo por motivos ajenos a su control, pero ahora sin duda lo haría... aunque sintiese que estaba por derretirse.
La visión que tuvo cuando llego al edificio del Uzukage no fue muy alentadora: La calle de enfrente estaba desierta y el aire cerca del suelo estaba tan caliente que daba la impresión de fluir como un líquido. Mientras caminaba por el puente, se atrevió a colocar la mano sobre una de las partes metálicas, y encontró que estaba tan caliente que le dejo la mano enrojecida.
Aquel día el sol estaba enojado, y todos los habitantes de Uzushiogakure estaban sintiendo su ira en carne propia, literalmente.
—Hola, Buenos días —saludo, en cuanto entro a la solitaria recepción. Tomo un pequeño pañuelo y se limpio el sudor del rostro antes de continuar hacia la barra—. Mi nombre es Hakagurē Kōtetsu y vengo a solicitar una misión.
“Cuando en el periódico decía que para los próximos días se esperaba que un frente húmedo llegara acompañado de una ola de calor, esperaba que lloviera e hiciera sol alternadamente, no que la aldea se convirtiera en un caldo humeante”
Kōtetsu no consideraba que el calor fuese tan malo, en su aldea también había temporadas cálidas, pero aquella humedad desbordante le resultaba nueva e incómoda. Se había vestido con una camiseta azul sin mangas y de cuello corto, y con unos pantaloncillo blancos holgados. Todo ataviado de algodón ligero, con su cabello bien recogido en una fina coleta, y aun así se encontraba sudando constantemente con el solo hecho de caminar. Sin embargo, estaba determinado a pedir una misión aquel día. Ya llevaba un tiempo postergándolo por motivos ajenos a su control, pero ahora sin duda lo haría... aunque sintiese que estaba por derretirse.
La visión que tuvo cuando llego al edificio del Uzukage no fue muy alentadora: La calle de enfrente estaba desierta y el aire cerca del suelo estaba tan caliente que daba la impresión de fluir como un líquido. Mientras caminaba por el puente, se atrevió a colocar la mano sobre una de las partes metálicas, y encontró que estaba tan caliente que le dejo la mano enrojecida.
Aquel día el sol estaba enojado, y todos los habitantes de Uzushiogakure estaban sintiendo su ira en carne propia, literalmente.
—Hola, Buenos días —saludo, en cuanto entro a la solitaria recepción. Tomo un pequeño pañuelo y se limpio el sudor del rostro antes de continuar hacia la barra—. Mi nombre es Hakagurē Kōtetsu y vengo a solicitar una misión.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)