11/06/2017, 23:39
La kunoichi no pudo evitar alegrarse al comprobar que no era la única a la que la idea no terminaba de convencerla, era cierto que tan sólo había coincidido con dos participantes... pero el entusiasmo de Taeko terminó por hacerla sentir un tanto culpable una vez que la idea hubo madurado en su interior. Al principio se sintió muy emocionada y deseosa por combatir, pero tras el sermón que le soltó su abuela todo cambió.
"Me imagino que para alguien que usa marionetas debe ser aún más peligroso mostrar sus habilidades, algo tan característico y diferente puede ser muy ventajoso si mantiene el factor sorpresa... mostrarlo al enemigo en una competición..." cada vez le encontraba menos sentido a ese evento, aunque si Kenzou-sama lo había decidido así tal vez era porque había algo que se escapaba de su entendimiento. Una última motivación que diese a todo aquello un sentido
— Tranquila, no suele gustarme depender de nada para aguantarme a mi mismo. Pero gracias, igualmente. — murmuró, alegre el joven para declinar cortésmente el ofrecimiento de la kunoichi
—Buena política, no es bueno depender de drogas— convino Izumi
—. Realmente durante el viaje estaba muerto de nervios y de inseguridad. Pero ahora estoy mejor. Este sitio es muy grande y me entretengo lo suficiente como para no pensar mucho.
—A mí me aburre— respondió la pelinaranja, observando a su alrededor el denso bosque —Y el efecto es el contrario, no hago nada más que darle vueltas todo una y otra vez...—
"Quizás eso es lo que quieren..."
Siguieron avanzando bajo la sombra de aquellos enormes árboles, sobre aquel sinuoso camino que no dejaba muy claro hacia donde se dirigían
—Este bochorno es insoportable— se quejó Izumi que no daba abastos en limpiarse el sudor —¿Crees que quedará mucho? Se me está haciendo eterno
"Me imagino que para alguien que usa marionetas debe ser aún más peligroso mostrar sus habilidades, algo tan característico y diferente puede ser muy ventajoso si mantiene el factor sorpresa... mostrarlo al enemigo en una competición..." cada vez le encontraba menos sentido a ese evento, aunque si Kenzou-sama lo había decidido así tal vez era porque había algo que se escapaba de su entendimiento. Una última motivación que diese a todo aquello un sentido
— Tranquila, no suele gustarme depender de nada para aguantarme a mi mismo. Pero gracias, igualmente. — murmuró, alegre el joven para declinar cortésmente el ofrecimiento de la kunoichi
—Buena política, no es bueno depender de drogas— convino Izumi
—. Realmente durante el viaje estaba muerto de nervios y de inseguridad. Pero ahora estoy mejor. Este sitio es muy grande y me entretengo lo suficiente como para no pensar mucho.
—A mí me aburre— respondió la pelinaranja, observando a su alrededor el denso bosque —Y el efecto es el contrario, no hago nada más que darle vueltas todo una y otra vez...—
"Quizás eso es lo que quieren..."
Siguieron avanzando bajo la sombra de aquellos enormes árboles, sobre aquel sinuoso camino que no dejaba muy claro hacia donde se dirigían
—Este bochorno es insoportable— se quejó Izumi que no daba abastos en limpiarse el sudor —¿Crees que quedará mucho? Se me está haciendo eterno