14/06/2017, 18:06
(Última modificación: 29/07/2017, 02:56 por Amedama Daruu.)
La muchacha resopló y cambió de postura, intercambiando el peso del cuerpo de una pierna a otra. Le señaló entre ceja y ceja directamente, a una distancia que casi se consideraría incómoda.
—¿Vas a decirme que no a un simple duelo de entrenamiento, piltrafilla? —dijo—. Si has venido al torneo a ser relleno, no sé para qué narices te apuntas.
Se giró entonces hacia Daruu, y con exactamente el mismo descaro, le señaló y escupió a un lado.
—Y tú, nenaz...
—Acepto el desafío.
La muchacha se acercó dos pasos e inclinó la espalda hacia él, giró la cabeza y puso la mano al lado de la oreja, como si estuviese intentando escuchar mejor.
—¿Oooooh? ¿He entendido bien?
—Acepto el desafío, y haré que te tragues esas palabras.
La morena soltó una carcajada de desprecio.
—Pero sólo si tu compañero viene también. Contra ti sería demasiado fácil.
Daruu apretó los puños y los dientes, y resistió el impulso de salir corriendo y golpearla en el rostro.
»¿Qué me dices, kusareño? ¿Vas a dejar sólo a tu compañero ninja?
—¿Vas a decirme que no a un simple duelo de entrenamiento, piltrafilla? —dijo—. Si has venido al torneo a ser relleno, no sé para qué narices te apuntas.
Se giró entonces hacia Daruu, y con exactamente el mismo descaro, le señaló y escupió a un lado.
—Y tú, nenaz...
—Acepto el desafío.
La muchacha se acercó dos pasos e inclinó la espalda hacia él, giró la cabeza y puso la mano al lado de la oreja, como si estuviese intentando escuchar mejor.
—¿Oooooh? ¿He entendido bien?
—Acepto el desafío, y haré que te tragues esas palabras.
La morena soltó una carcajada de desprecio.
—Pero sólo si tu compañero viene también. Contra ti sería demasiado fácil.
Daruu apretó los puños y los dientes, y resistió el impulso de salir corriendo y golpearla en el rostro.
»¿Qué me dices, kusareño? ¿Vas a dejar sólo a tu compañero ninja?