14/06/2017, 18:14
(Última modificación: 29/07/2017, 02:23 por Amedama Daruu.)
—Chssst —chistó Daruu, y le dio corriendo al botón—. N-no seas gafe. No tiene por qué pasar nad...AAAAAAAAAAA.
Los pies se le levantaron del suelo y las piernas comenzaron a girar en el aire. Sintió el impacto contra el techo del ascensor cuando su espalda colisionó contra él y todo su cuerpo se pegó como si estuviera recubierto de adhesivo. Intentó hablar, intentó echar las manos hacia adelante para frenar la inevitable caída contra el suelo gracias al juuken, pero no encontró la fuerza necesaria para mover los brazos. En el fondo, una luz brillante le cegó y cerró los párpados. Y luego vino el golpe.
El planchazo fue brutal. El golpe en la boca del estómago le hizo dar una arcada, y al tratar de respirar lo único que encontraron sus pulmones fue una enorme bocanada de agua. Intentó toser, pero sólo consiguió tragar más. El mundo le daba vueltas, estaba muy oscuro y no sabía donde estaba. Ya veía el Mundo Puro desde allí...
Escuchaba unas voces amortiguadas, como si estuvieran a kilómetros de distancia.
—¡BIENVENIDOS A LOS SEPTUAGÉSIMOS JUEGOS DEL LABERINTO! ¡Sois los afortunados elegidos para resolver el misterio del laberinto de Mei-sama!
—¿Qué significa e...?
—¡Ardéis en deseos de saber en qué consiste el concurso! ¿Verdad? ¡ES MUY SENCILLO!
«Norte y sur, dos caminos tenéis.
¡Pero diferentes caminos encontraréis!
Encontrad una de las cuatro salidas,
si no queréis que os haga papilla...»
—¿Pero qué clase de broma de mal gusto es esta? ¿Y qué es esa rima tan cutre?
—¡BUENA SUERTE!
Ayame buscaría entonces a Daruu con la mirada, y sólo encontraría el cuerpo de su compañero, boca abajo, sin conocimiento y soltando bajo la boca una especie de espuma blanca.
Si no hacía algo, y rápido, lo más probable es que muriese.
Los pies se le levantaron del suelo y las piernas comenzaron a girar en el aire. Sintió el impacto contra el techo del ascensor cuando su espalda colisionó contra él y todo su cuerpo se pegó como si estuviera recubierto de adhesivo. Intentó hablar, intentó echar las manos hacia adelante para frenar la inevitable caída contra el suelo gracias al juuken, pero no encontró la fuerza necesaria para mover los brazos. En el fondo, una luz brillante le cegó y cerró los párpados. Y luego vino el golpe.
El planchazo fue brutal. El golpe en la boca del estómago le hizo dar una arcada, y al tratar de respirar lo único que encontraron sus pulmones fue una enorme bocanada de agua. Intentó toser, pero sólo consiguió tragar más. El mundo le daba vueltas, estaba muy oscuro y no sabía donde estaba. Ya veía el Mundo Puro desde allí...
Escuchaba unas voces amortiguadas, como si estuvieran a kilómetros de distancia.
—¡BIENVENIDOS A LOS SEPTUAGÉSIMOS JUEGOS DEL LABERINTO! ¡Sois los afortunados elegidos para resolver el misterio del laberinto de Mei-sama!
—¿Qué significa e...?
—¡Ardéis en deseos de saber en qué consiste el concurso! ¿Verdad? ¡ES MUY SENCILLO!
«Norte y sur, dos caminos tenéis.
¡Pero diferentes caminos encontraréis!
Encontrad una de las cuatro salidas,
si no queréis que os haga papilla...»
—¿Pero qué clase de broma de mal gusto es esta? ¿Y qué es esa rima tan cutre?
—¡BUENA SUERTE!
Ayame buscaría entonces a Daruu con la mirada, y sólo encontraría el cuerpo de su compañero, boca abajo, sin conocimiento y soltando bajo la boca una especie de espuma blanca.
Si no hacía algo, y rápido, lo más probable es que muriese.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)