15/06/2017, 11:41
Le costó hacerlo, por las cadenas que aún aprisionaban sus tobillos, pero Ritsuko volvió a ponerse en pie mientras Gonken dirigía hacia ella sus amenazadores pasos. La kunoichi se arrancó la mordaza de la boca y le dirigió una punzante mirada a su agresor, que no dudó en lanzarse sobre ella de nuevo con el puño en alto directo a su mandíbula.
—¡Gonken! ¿Va todo bien por ahí? —se escuchó la voz de Daiko, a varias decenas de metros de distancia. El hombrecillo paró en seco al contemplar a su presa fuera de la jaula enfrentándose a su compañero, y entonces la luz de la luna arrancó destellos plateados a la hoja de una navaja cuando la sacó de su bolsillo y echó a correr hacia ella—. ¡MALDITA PERRA!
Las otras tres personas que lo acompañaban se quedaron en el sitio, confusas e indecisas. Sería cuestión de tiempo que decidieran salir corriendo o unirse a la lucha para reducir de nuevo a la kunoichi de Kusagakure.
—¡Gonken! ¿Va todo bien por ahí? —se escuchó la voz de Daiko, a varias decenas de metros de distancia. El hombrecillo paró en seco al contemplar a su presa fuera de la jaula enfrentándose a su compañero, y entonces la luz de la luna arrancó destellos plateados a la hoja de una navaja cuando la sacó de su bolsillo y echó a correr hacia ella—. ¡MALDITA PERRA!
Las otras tres personas que lo acompañaban se quedaron en el sitio, confusas e indecisas. Sería cuestión de tiempo que decidieran salir corriendo o unirse a la lucha para reducir de nuevo a la kunoichi de Kusagakure.