15/06/2017, 11:57
— No se cuanto podrían tardar, pero no me gusta mucho la idea de esperar aquí durante mucho rato con este calor— el chico tenía razón, la meditaciones de los monjes podían llevar horas y no podían saber siquiera si acababan de empezar o estaban a la mitad —. Tampoco vamos a molestarlos más, mejor cierro.
Cerró la puerta con el mismo cuidado que la había abierto, por lo que Izumi se alejó un poco de la puerta caminando de nuevo hacia la fuente.
"Al final creo que me ha hecho venir aquí para nada... como coja a esa vieja lagartija se a cagar" apretó el puño frente a su pecho con rabia
— Quería meditar o algo así, ¿no? — preguntó, pensativo —. Hagamoslo aqui. Aunque sean cinco minutos. No estamos dentro, pero, estar a los pies del templo cuanta como lugar sagrado, ¿no?
El comentario de su compañero hizo que la pelinaranja se diese la vuelta para quedarse mirando al chico que parecía decir las cosas bastante en serio
"¿Va en serio?"
Observó como el marionetista se puso en la posición del loto y — Ommmmmmmmm — con cara de estar apunto de mearse de risa
Izumi no pudo reprimir una carcajada, eso si un tanto controlada para no molestar a los monjes —¡Menuda cara de concentración!— se secó un par de lágrimillas que se le habían caído de la risa —Como te pillen los monjes haciendo eso...—
Cerró la puerta con el mismo cuidado que la había abierto, por lo que Izumi se alejó un poco de la puerta caminando de nuevo hacia la fuente.
"Al final creo que me ha hecho venir aquí para nada... como coja a esa vieja lagartija se a cagar" apretó el puño frente a su pecho con rabia
— Quería meditar o algo así, ¿no? — preguntó, pensativo —. Hagamoslo aqui. Aunque sean cinco minutos. No estamos dentro, pero, estar a los pies del templo cuanta como lugar sagrado, ¿no?
El comentario de su compañero hizo que la pelinaranja se diese la vuelta para quedarse mirando al chico que parecía decir las cosas bastante en serio
"¿Va en serio?"
Observó como el marionetista se puso en la posición del loto y — Ommmmmmmmm — con cara de estar apunto de mearse de risa
Izumi no pudo reprimir una carcajada, eso si un tanto controlada para no molestar a los monjes —¡Menuda cara de concentración!— se secó un par de lágrimillas que se le habían caído de la risa —Como te pillen los monjes haciendo eso...—