18/06/2017, 15:55
—¿Qué tal sí el perdedor debe dar una vuelta por el hotel sin ropa y volver hasta aquí? —propuso, como si fuera cualquier cosa.
—Eso es un poco extraño… —Le costaba un poco el comprender la finalidad de aquel acto.
—No debería ser un problema para tus habilidades —lanzo el reto.
—Puede ser que si, o puede ser que no. —Aun no estaba del todo seguro.
—¿Te anotas o no? —pregunto con una sonrisa.
—¡Bien, acepto tu desafío! —exclamo, con ánimo renovado—. Prepárate, Keisuke-san, porque voy a ir con todo.
El ritmo suave se había mantenido lento y constante durante el intercambio de palabras, pero el Hakagurē se decidió a cambiar aquello; Comenzó a subir la velocidad de sus golpes y respuestas, a la vez que respiraba de una forma regular y profunda. Golpear con precisión se hacía cada vez más difícil, pero la calma que mantenía le ayudaba a imponerse. Apuntando una y otra vez al brazo opuesto al que pelirrojo sostenía la paleta, forzándolo a una posición incomoda, haciendo presión con una insistencia y temples envidiables.
“Debo mantenerme tranquilo… Solo necesito esperar con paciencia, esperar a que la presión le haga cometer un error. Entonces, aquello será mi victoria”, pensó, mientras que en su rostro se anidaba una expresión inalterable.
—Eso es un poco extraño… —Le costaba un poco el comprender la finalidad de aquel acto.
—No debería ser un problema para tus habilidades —lanzo el reto.
—Puede ser que si, o puede ser que no. —Aun no estaba del todo seguro.
—¿Te anotas o no? —pregunto con una sonrisa.
—¡Bien, acepto tu desafío! —exclamo, con ánimo renovado—. Prepárate, Keisuke-san, porque voy a ir con todo.
El ritmo suave se había mantenido lento y constante durante el intercambio de palabras, pero el Hakagurē se decidió a cambiar aquello; Comenzó a subir la velocidad de sus golpes y respuestas, a la vez que respiraba de una forma regular y profunda. Golpear con precisión se hacía cada vez más difícil, pero la calma que mantenía le ayudaba a imponerse. Apuntando una y otra vez al brazo opuesto al que pelirrojo sostenía la paleta, forzándolo a una posición incomoda, haciendo presión con una insistencia y temples envidiables.
“Debo mantenerme tranquilo… Solo necesito esperar con paciencia, esperar a que la presión le haga cometer un error. Entonces, aquello será mi victoria”, pensó, mientras que en su rostro se anidaba una expresión inalterable.