19/06/2017, 19:02
El hombretón resultaba ser toda una amenaza, una de la que ella misma se encargaría en algún momento aunque muy probablemente no sería hasta pasados un buen par de días y tendría que hacerlo a traición, de lo contrario se repetiría la historia y terminaría peor que en aquel momento.
Tumbada, aturdida y sangrando, sin siquiera fuerza para quejarse, la levantaron una vez más por los pelos y un frío y filoso artefacto se posó en su cuello sin mencionar aquel brillante que traía Daigo. Era algo que Ritsuko conocía muy bien, el trabajo de su padre implicaba manejar constantemente cosas de ese estilo al rojo vivo, pero jamás se había planteado el daño que podría generar uno de esos en contacto directo con la piel humana.
No podía hacer absolutamente nada, solo lloriquear en silencio y tratar de mantener en su cerebro las caras de aquellos dos para en algún futuro cobrarse venganza. De momento solo podía tragar y resignarse a lo peor, nada más.
Tumbada, aturdida y sangrando, sin siquiera fuerza para quejarse, la levantaron una vez más por los pelos y un frío y filoso artefacto se posó en su cuello sin mencionar aquel brillante que traía Daigo. Era algo que Ritsuko conocía muy bien, el trabajo de su padre implicaba manejar constantemente cosas de ese estilo al rojo vivo, pero jamás se había planteado el daño que podría generar uno de esos en contacto directo con la piel humana.
No podía hacer absolutamente nada, solo lloriquear en silencio y tratar de mantener en su cerebro las caras de aquellos dos para en algún futuro cobrarse venganza. De momento solo podía tragar y resignarse a lo peor, nada más.